Hay ocasiones en las que los acontecimientos nos hacen cambiar de idea. Esto es lo que sucedió ayer, cuando me disponía a escribir este artículo que, originariamente, iba a tratar sobre otro tema. El titular de un post publicado en la sección de Educación del portal Good, titulado Juilliard Brings Online Music Education to the Masses (Juilliard lleva la educación musical a las masas), fue el motivo. El post anunciaba la creación de un nuevo proyecto que este otoño pondrá en marcha la prestigiosa escuela de música Juilliard School, de Nueva York: Juilliard eLearning. Puesto que en agosto de 2011 ya había escrito sobre el tema de la educación musical online en este mismo portal (El tutor virtual: aprender a tocar instrumentos musicales en la Red) me pregunté si la noticia justificaba un nuevo artículo. Tras pensarlo decidí que sí. Por una parte, Juilliard eLearning no es una oferta más de recursos audiovisuales online para aprender a tocar instrumentos, sino un proyecto mucho más ambicioso que puede ser el inicio de un cambio de paradigma en el ámbito de la educación musical. Por otra parte, las opciones para estudiar online por el puro placer de aprender (es decir, fuera de los sistemas reglados y sin el objetivo de obtener un título) se han multiplicado, al tiempo que desde el ámbito de la educación formal se habla de un nuevo modelo de aprendizaje activo al que se conoce como Flipped Classroom.
El concepto de Flipped Classroom y la multiplicación de la oferta educativa online
En un post publicado en educomunicacion.com, Pablo Bongiovanni explica que Flipped Classroom significa “dar vuelta la clase” o “una clase al revés”. La idea se refiere a que lo que básicamente antes se hacía en casa ahora se hace en clase; y lo que se escuchaba con atención en el aula ahora se escucha en casa. “Eso es dar vuelta al modelo, el aprendizaje activo vuelve a la escuela, y las tareas de consumo, observación, lectura, a la casa”. El origen del concepto está en la Khan Academy, la organización sin fines de lucro fundada por Salman Khan en 2006 que, desde entonces, no ha dejado de crecer.
Como muchos sabrán, Khan Academy es una plataforma educativa en línea en la que cualquier voluntario puede subir (o subtitular) vídeos educativos sobre cualquier tema (aunque actualmente la mayoría se refiere a ciencias). La particularidad de estos vídeos es que hacen uso de elementos visuales –tales como fotografías, esquemas o dibujos explicativos– que permiten que el aprendizaje sea entretenido y que los temas complejos puedan entenderse con más facilidad. La cantidad de usuarios de Khan Academy se ha multiplicado exponencialmente y, a la par que ha aumentado el interés por este servicio, se ha incrementado la oferta educativa con iniciativas tales como TED-Ed (el nuevo servicio de TED para compartir vídeos educativos y para que los docentes puedan crear lecciones personalizadas a partir de los vídeos del portal) o YouTube for Schools (que reúne una amplia colección de vídeos educativos gratuitos de YouTube EDU).
La música no ha llegado todavía a estas iniciativas (de hecho, el número de vídeos sobre el tema es prácticamente nulo). Sin embargo, además de confiar en que lo hará próximamente, hay otros sitios en los que sí encontramos propuestas similares. A modo de ejemplo podemos mencionar los recursos y cursos online recomendados por la BBC (con los que es posible hacer desde un curso de solfeo hasta aprender a cantar o desarrollar nuestra cultura musical) o los Teletalleres de la web del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles de Venezuela (que de momento incluyen colecciones referidas a tres temas: dirección orquestal, flauta travesera y violín, aunque en YouTube se han publicado algunos de otros instrumentos).
Más allá de la oferta de vídeos educativos, lo cierto es que también en el ámbito de la educación musical se comienza a hablar del concepto de Flipped Classroom. ¿Los vídeos pueden reemplazar parte de lo que enseña el docente en el aula? ¿Cuál sería su función?
¿Es posible "dar la vuelta" a las clases de música?
La idea de en “dar la vuelta” a las clases de música es sugerente, aunque evidentemente debe llevarnos a distintas reflexiones según pensemos en una clase de instrumento, de cultura musical o de música general (en Primaria, Secundaria, Facultades de Formación del Profesorado, etc.).
Si pensamos en una clase de instrumento (ya sea en una escuela de música, un conservatorio o, incluso, en un aula de educación general) los vídeos pueden contribuir al proceso de aprendizaje autónomo de los estudiantes. A través de éstos, el alumno puede adquirir ciertos conocimientos y desarrollar destrezas que serán puestas en juego en las clases de instrumento o en las prácticas de conjunto. Pongamos por ejemplo un vídeo correspondiente a un Teletaller de clarinete.
En este vídeo, el docente ofrece una serie de instrucciones referidas a la interpretación de articulaciones en un clarinete. ¿Podemos pensar en la posibilidad de un estudiante visionando este vídeo y realizando las prácticas allí propuestas al que, de vuelta en clase, el docente escucha y corrige? La diferencia con una clase tradicional sería que en lugar de explicar las maneras de tocar las distintas articulaciones en el aula, el estudiante las conocería y practicaría tras el visionado del vídeo. ¿Resultaría esto práctico y permitiría aprovechar la clase de instrumento para otros menesteres? No emito un juicio de valor, simplemente lanzo la pregunta para promover una reflexión sobre el tema.
En el ámbito del aprendizaje instrumental en la escuela, un profesor de Secundaria de Murcia (José Palazón) realiza actualmente una tesis de la que soy codirectora. Palazón (2012) investiga los efectos que la utilización de videopodcasts puede tener sobre la interpretación instrumental (flauta e instrumentos de láminas) del alumnado de Secundaria. Los videopodcasts son creados por el propio profesor y utilizados por los estudiantes para practicar las piezas que luego serán interpretadas en el aula. Se trata de una investigación acción aún en proceso que podrá ofrecer nuevas respuestas sobre el tema que nos ocupa.
Versión en vídeo
Versión en audio
(Para escuchar otros ejemplos véase Jose Palazon’s Podcasts: Tu profesor de música en casa).
Si pensamos en una clase de cultura musical (usamos este término en el sentido más amplio, refiriéndonos tanto a una clase de historia de la música como a determinados contenidos que pueden desarrollarse en un aula de Primaria, Secundaria o Magisterio), la idea de “dar vuelta la clase” parece interesante. En la web existen suficientes recursos (biografías, críticas, musicogramas, listas de audición, etc.) que permitirían encomendar ciertas tareas al estudiante para que las realizara en casa, dedicando la clase a otras actividades. Aunque seguramente cada lector podrá imaginar muchas opciones, pensemos por ejemplo en las posibilidades de un recurso como El Concerto Grosso. En lugar de explicar en el aula en qué consiste un concerto grosso y realizar las audiciones, cada estudiante podría trabajar con este recurso en casa. De vuelta en clase se comentaría lo escuchado y se realizarían otras actividades (de audición, interpretación o creación) relacionadas con lo aprendido.
“Dar vuelta” las clases de música es, desde mi punto de vista, posible. Requiere de un análisis previo de cuáles son aquellas actividades y aprendizajes que pueden hacerse de forma autónoma y cómo esto puede aprovecharse para ponerse “mano a la obra” en el aula a partir de lo aprendido. Aunque en Khan Academy, TED-Ed o YouTube for Schools no haya suficientes materiales dedicados a la música, en la Red hay muchos que pueden cumplir esta función. (Además de las búsquedas individuales, existen diversos blogs y páginas que recomiendan recursos. Entre las que mantengo puedo sugerir los seleccionados en el listado de recursos de BIVEM y el Canal de Artes y Educación de YouTube).
Lo que Juilliard eLearning puede aportar
Las posibilidades comentadas hasta ahora, así como las del artículo publicado anteriormente, dan cuenta de un importante avance en el ámbito de la educación musical online. Juilliard eLearning puede suponer un paso más (y probablemente de gigantes) puesto que se dirige fundamentalmente a un público con el cual no hay demasiadas experiencias previas (niños y niñas de entre 4 y 12 años). Con esta propuesta pretenden llevar su programa de estudios a hogares y aulas con una cobertura inicial de más de 40.000 alumnos. El inicio se prevé para el otoño de 2013 con una oferta que, dirigida a estudiantes de Primaria y Secundaria, se ajustará al currículo nacional. Posteriormente se diseñarán cursos de teoría e historia de la música y de la danza y teatro, cursos para adultos a través de un programa de aprendizaje a lo largo de la vida y clases magistrales. Los materiales estarán integrados por grabaciones de audio, vídeos, animaciones y otros recursos diseñados especialmente para el proyecto, además de ofrecer oportunidades para el aprendizaje síncrono y asíncrono. Aunque aún no se dispone de más datos, próximamente se publicará un sitio web con más información. Mientras tanto, sería oportuno que, desde nuestras propias experiencias, los profesores y profesoras de música comenzáramos a reflexionar y compartir ideas sobre los cambios que se avecinan (y muchos de los que ya se han hecho realidad). Por ello, desde aquí os invito a enviar comentarios que puedan contribuir al debate.