Es decir, cómo conseguir en un cuadro, por ejemplo, la textura de un cacharro de loza o de latón; o el de las uvas, el bollo, los bizcochos o los medallones de chocolate. Esta cuestión, como ya imaginas, es difícil. Es más, valoramos como grandes artistas aquellos pintores que lo han conseguido. Aquí tienes un ejemplo.
Como puedes ver, se trata de un bodegón en el que el autor, Luis Meléndez, ha conseguido representar las texturas de cada uno de los objetos. Observa detenidamente en la imagen inferior, cómo ha plasmado el detalle de la chocolatera de cobre. Para ello, ha utilizado una adecuada tonalidad de claroscuro que imita perfectamente el aspecto del objeto, consiguiendo así una apariencia muy realista.