El profesor tiene que querer embarcarse en algo, que a priori no es “obligatorio” dentro de su trabajo, realizaremos una actividad interesante para los alumnos y para el propio profesor, por lo que es necesario partir de la motivación del propio profesor.
Según Willians y Burden (1997) la motivación se puede definir como “un estado de activación cognitiva y emocional, que produce una decisión consciente de actuar, y que da lugar a un periodo de esfuerzo intelectual y/o físico, sostenido con el fin de lograr unas metas previamente establecidas”
Elementos que me motivan:
• La propia materia, nos gusta lo que hacemos.
• Por otro lado es importante sentirse respaldado por el centro donde trabajas, que se interesen por cosas novedosas, que no planteen demasiados impedimentos.
• También se puede dar el caso, de que te toquen grupos buenos, que enganchen con la asignatura y contigo en algún momento y se pueda trabajar con ellos, esta situación es la ideal…
• Por otro lado te pueden motivar los programas pedagógicos de los museos, por la temática, por las novedades, compartir espacios educativos, aprender de otras maneras de enseñar.
Cuando realizamos una actividad en un museo la educación responde más a los intereses del educador que a los del educando, tenemos que adaptar el entorno a nuestras necesidades, se pide un esfuerzo y tenemos que tener presente que los chicos se esfuerzan voluntariamente en aquello que les divierte, los adolescentes no saben lo que ignoran, no echan en falta los conocimientos que no tienen, somos los profesores los que sabemos el esfuerzo que supone aprender, si esto no lo tienen claro mucho menos comprenderán hábitos como el respeto en un museo, el silencio, el escuchar, la puntualidad…
La autonomía, la disciplina intelectual, todos aquellos elementos que configuran a un ser adulto es algo que aún no se encuentra en el estudiante y a través de este tipo de actividades el profesor tiene la posibilidad de proponerlos, y en cierto modo imponerlos. De esta forma se cargará de seriedad, de importancia una salida a un espacio que no es el habitual en el que las normas son nuevas y debemos llevarlas asumidas antes de entrar en el museo, y que con un poco de suerte permanecerán en los chicos en próximas actividades.
Para que esto suceda se prepara la visita con antelación, es como si creara una campaña de suspense hacia lo desconocido y vas generando en los chicos expectativa.
En ocasiones se pueden realizar talleres ya diseñados por los departamentos pedagógicos de los museos, rutinas y otras visitamos una parte determinada de una sala, o recorremos el museo con un monitor que nos enseña las obras, según demanda.
Pongamos un ejemplo, Cuarto es un curso que te permite desarrollar más actividades imbricadas con el programa, más artísticas, más completas, más difíciles a nivel conceptual.