Una tabla es más cara que un papel y en general se tuercen y agrietan con la humedad y el calor, pero muchas veces resultan ideales y mejores que el papel.
Las tablas pueden reforzarse por detrás para que resulten más estables con bastidores, incluso pueden pegarse en su superficie papel o telas que facilitan el pintado. En cualquier caso, con tela o sin ella antes de poder trabajar sobre una tabla hay que prepararlas de forma adecuada mediante una imprimación.
Los dos tipos de tablas más utilizadas para pintar hoy día son el contrachapado y el conglomerado.