Lo primero es elaborar el guión. Escribe una la narración de alguna anécdota que te resulte divertida. Selecciona los momentos clave de la historia con rotulador. Estos van a ser las viñetas de tu comic.

Intenta describir esas situaciones con una imagen. Observa como lo hacen en los cómics en los que los tamaños de las viñetas no son todas iguales, ni las formas y, sobre todo, donde se cambia siempre el tipo de plano para darle movimiento. Busca soluciones originales a tu distribución del espacio. Recuerda que la voz del narrador se expresa mediante cartelas, y la de los personales, contenida en bocadillos.

Procura incorporar los recursos característicos del comic: onomatopeyas, rayos y truenos indicando enfado, sapos y culebras sustituyendo a palabrotas, bombillas indicando una idea genial, etc.

Refuerza con contornos con rotulador negro y colorea los dibujos incorporando alguna técnica pictórica como: estarcido (muy apropiada para fondos o paisajes brumosos), falso grabado (útil para escenas nocturnas), monotipo (para fondos imprecisos), etc. Las figuras es mejor colorearlas con témpera y tonos planos.