Seguro que has visto alguna vez la realización de un reportaje fotográfico. Alrededor del modelo se disponen focos, paraguas y reflectores de luz. ¿Has pensado alguna vez porqué?
Los fotógrafos trabajan con la luz para resaltar o enmascarar detalles del modelo y conseguir así los efectos deseados: suavizar imperfecciones utilizando una luz frontal, potenciar relieves mediante una luz lateral y otros efectos similares. Esto es así porque la luz con la que se iluminan las superficies texturadas, influye en nuestra percepción de las mismas. Igualmente el color matiza o potencia la textura de un objeto. ¿Un ejemplo muy evidente?: el maquillaje. Se utiliza un rojo carmín para destacar la piel de unos labios sobre el resto de la cara o una base de color para dar homogeneidad al tono de piel eliminando manchas o rojeces.