A lo largo de la historia del arte, el ser humano siempre ha deseado plasmar la sensación de movimiento, dotando a sus obras plásticas de una temporalidad en el espacio. Por ejemplo:
- En las cavernas prehistóricas, que representan al jabalí con 8 patas.
- En las series de ritmos infinitos de la cultura mesopotámica.
- En el canon griego.
- En la columna Trajana.
- En los retablos de la Edad Media.
- En la arquitectura de la Alhambra.
De todas formas, el espacio mágico del cine tiene sus antecedentes más remotos hace 5000 años en la isla de Java. Allí, los aborígenes, interponían las manos o sus propios cuerpos entre una hoguera y la pared, proyectando sobre ella las llamadas 'sombras chinescas'. La imagen muestra a un maestro de las "sombras chinescas" en su espectáculo.