El proyecto nace teniendo como horizonte la educación de los niños/as en valores como la Solidaridad y la Paz. De hecho, el trabajo realizado durante estos dos cursos ha facilitado la consolidación de las Comisiones de Solidaridad y Convivencia. Con ellas, se ha conseguido dinamizar a los alumnos y recoger sus propuestas e inquietudes.

Esta iniciativa ha incidido en el programa de Escuelas Sin Racismo, una iniciativa de una ONG de ámbito estatal con incidencia local. Los docentes han reconocido que ha sido especialmente difícil la coordinación entre los dos centros ya que la insularidad no ha facilitado que estuviesen en contacto. No obstante, la implicación de los estudiantes ha sido máxima, sobre todo, en actividades como las de comercio justo. Pero no ha sido la única, también han puesto todo su entusiasmo en la convocatoria de un concurso de carteles conmemorativos de la Declaración de los Derechos Humanos y la visita a exposiciones. 

Mejorar las competencias básicas en el manejo de las TIC ha sido otro de los objetivos. La idea ha sido la de ayudar a que los chicos y chicas usen las tecnologías de manera crítica y puedan acceder a la información en un mundo tan complejo como el actual. Otra de las cuestiones que se ha abordado ha sido el estudio de las raíces de los conflictos con el objetivo de diseñar estrategias para la paz. De este modo, se ha incorporado la perspectiva de género atendiendo a la violencia contra las mujeres y los planteamientos feministas de paz. En relación a la vida del centro todas estas acciones han terminado reflejándose en su propia identidiad y en la vida diaria del mismo.