Ministerio de Educación, Política Social y Deporte
ESO, Educación Secundaria Obligatoria


España en el primer tercio del
siglo XX



REINADO DE ALFONSO XIII


El regeneracionismo


Conflictos políticos y sociales


Las crisis


La dictadura de Primo de Rivera


LA II REPÚBLICA


Protagonistas


Las fuerzas políticas


Fases de la República


Los problemas


LA GUERRA CIVIL


Operaciones militares


Dos modelos políticos enfrentados


Apoyos internacionales


Balance de la Guerra


6.

España en el primer tercio del siglo XX

La Guerra Civil - Dos modelos políticos enfrentados


REPUBLICANOS

Durante la Guerra Civil, la República mantuvo su estructura democrática, con partidos políticos y sindicatos. Mientras los comunistas exigían disciplina y unidad para ganar la guerra, los anarquistas consideraron que era el momento propicio para una revolución social colectivizando la propiedad y suprimiendo el dinero y el poder.

La Republica careció de una figura (civil o militar) de liderazgo indiscutible. Largo Caballero presidió el primer gobierno de septiembre de 1936 a mayo de 1937. Dicho gobierno, formado con todas las fuerzas del Frente Popular, tuvo que trasladarse a Valencia.

La presión comunista le sustituyó por Negrín, último presidente del gobierno republicano (en Barcelona). Manuel Azaña, presidente de la República, dimitió y partió al exilio francés.


NACIONALES

La zona nacional se definió por la unidad política. Al comenzar la guerra, las operaciones militares fueron dirigidas por grupos de generales integrados en una Junta de Defensa Nacional, que tendieron rápidamente a un mando único.

En septiembre de 1936, Franco fue nombrado Generalísimo de los Ejércitos y Jefe del Estado, acaparando todos los poderes. Por el decreto de 1937, asumió la jefatura del único partido autorizado: Falange Española Tradicionalista y de las JONS. En enero de 1938, Franco formó su primer gobierno en Burgos.

Los sindicatos de clase fueron suprimidos. Propietarios y obreros debían integrarse en un sindicato vertical único. La censura impedía cualquier crítica contra este modelo de Estado dictatorial, apoyado también por la Iglesia católica que justificará la guerra como reacción contra la tendencia anticristiana de la República.