Para ello, dos películas, Mi nombre es John Lennon y Los EE.UU. contra John Lennon nos acercan a lo más relevante de la vida de este inglés de clase baja que se convirtió en icono mundial. El hilo conductor en ambas es, por supuesto, la música gracias a la que el adolescente John encarriló su vida mientras el hombre maduro la iba a utilizar como poderoso instrumento de transmisión de su mensaje de paz.
Mi nombre es John Lennon (Nowhere Boy, 2010 Sam Taylor-Wood) no es una película inolvidable aunque logra un retrato atrayente de un adolescete abandonado por su padre y por su madre, inquieto, lleno del deseo de entender el mundo y “ser como Elvis”.
Al descubrir el Rock and Roll se despiesta el deseo de convertirse en estrella del rock. Su encuentro con Paul McCartney y con George Harrison, que rebosan talento como músicos, es uno de los grandes momento de la película en el que se aprecia la inteligencia y la voluntad de aprender de un joven Lennon que por entonces pensaba que “basta con hacer ruido” para hacerse famoso.
El fuerte carácter de Lennon, su rebeldía y seguridad en sí mismo, su desparpajo con diecisiete años nos aclaran la determinación con la que actuó el hombre maduro que vemos en el documental Los EE.UU. contra John Lennon (USA vs John Lennon, 2006 David Leaf). Cruzada por la paz En 1968 John Lennon se posicionó en contra de la guerra del Vietnan.
Elaborado con testimonios de personas cercanas e influyentes (Noam Chomsky, David Fenton o Gore Vidal entre otros), con imágenes de archivo impactantes y una banda sonora de canciones emblemáticas de los 70 que van hilvanando la trama-relato, la película resulta ser un documental apasionante y una entretenida sesión de historia contemporánea.
Aprovechando la fama mundial que cosechó con los Beatles, un John Lennon maduro y alejado ya de cualquier protagonismo musical, inició una cruzada por la paz junto a su amada y admirada Yoko Ono. Para llamar la atención de los medios, utilizan ideas simples y extravagantes como dar una entrevista metido en un saco con Yoko Ono o bien encamarse con ella durante una semana, y desde allí organizar un recitar cantando “Give peace a chance” (Dale a la paz una oportunidad) y lanzando un mensaje simple y desinteresado a todo el mundo: “Haced el amor no la guerra”.
Desde Canadá pasando por Europa hasta llegar a EE.UU. donde su mensaje se amplificó muchísimo con el rechazo a la guerra de Vietnam que iba creciendo imparable en la sociedad americana, por vez primera un músico pop irrumpía en la escena política rompiendo esquemas y alterando el orden establecido.
La figura de un John Lennon, tan inquieto y rebelde frente a la guerra y la injusticia como lo fuera en su adolescencia, pero con una conciencia política y moral que le llevaron a un papel de líder espiritual, tan mediático que hizo tambalearse a la administración Nixon en un duelo del que se dijo que oponía los que amaban la muerte y los que amaban la vida, el ruido de las bombas y el sonido de la música.
John Lennon utilizó su música como arma de paz, Nixon dimitió, la guerra acabó y una mañana Lenon fue tiroteado…
Tanto el documental Los EEUU contra Lenon como Mi nombre es John Lenon pueden alguilarse en Filmin.
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