Se presenta en tubos de pintura pastosa con los que podemos conseguir múltiples efectos de claroscuro, colores y texturas. Su nombre proviene del aglutinante que contiene, ya que los colores se fabrican con pigmentos desleídos en aceites, como el de linaza, de nuez o de adormidera.
El diluyente apropiado es la trementina o el aceite, con los que podemos conseguir tonos prácticamente transparentes, así como controlar el empaste de la pincelada según utilicemos más o menos trementina.
El soporte más utilizado es el lienzo, que es una tela de lino o algodón con una imprimación para que permita resbalar y adherir la pincelada. Esta tela está tensada sobre un bastidor de madera. También sirven como soportes los tableros de madera pegados a un bastidor de madera.
Los pinceles suelen ser de cerdas duras para poder mezclar y aplicar esta pintura tan pastosa. También se utilizan pequeñas espátulas para aplicar el color.