Al-Ándalus dejó de ser una provincia o emirato dependiente a ser políticamente independiente con el nombramiento del emir Abd al-Rahman I.
Este emir era un miembro de la familia Omeya que gobernaba el califato, pero que fue destituía por otra familia, los Abbasidas, que les arrebataron el trono tras una matanza organizada de todo el grupo familiar. Abd al Rahman se salvó al no estar con el resto de su familia, y refugiado en Al-Ándalus consiguió ser nombrado emir. No parecía lógico que mantuviera relaciones con los califas Abbasidas que habían asesinado a su familia, de manera que cortó los lazos políticos que durante el emirato dependiente unían a Al-Ándalus con el califa.
Comenzaba por esa razón el emirato independiente.
Abd al Rahman I inició la tarea de construcción de un estado independiente en Al-Ándalus. Para ello necesitaba fundamentalmente tres cosas: un ejército, unos ingresos económicos, y sofocar las posibles revueltas de sus enemigos. Esos tres frentes fueron objeto de atención por Abd al Rahman I, quien para consolidar el poder firme sobre Al-Ándalus introdujo un sistema dinástico de sucesión.
Los sucesores de Abd al Rahman siguieron su tarea de consolidación del estado. Hay que destacar entre los gobernantes del siglo IX al cuarto emir independiente, Abd al Rahman II (822-852), que llevó a cabo una modernización de Al-Ándalus, incorporando elementos orientales. Como parte del reforzamiento del estado, este emir no solo se preocupó de recaudar más impuestos y ampliar el ejército, sino también de fundar nuevas ciudades (Úbeda, Murcia y Jaén).
Los emires de la segunda mitad del siglo IX se encontraron con graves problemas de disolución del emirato, al levantarse en diversas partes de Al-Ándalus algunos nobles musulmanes, que se rebelaron contra el poder centralizado del emir. La familia de los Banu Qasi en torno a Zaragoza, Ibn Marwan en la zona de Badajoz, y Omar ben Hafsun centrado en Bobastro (Málaga), estuvieron a punto de terminar con el emirato independiente. Solo el poder fuerte del emir Abd al Rahman III consiguió poner fin a estas revueltas, y reunir de nuevo en sus manos el territorio de Al-Ándalus. |