La otra gran posición, la cruz de la misma moneda, es el empirismo que sostiene que todo conocimiento tiene que estar fundado en la experiencia sensible. Dentro del empirismo hay que distinguir tres grandes modos: el empirismo representacionista (Locke), el empirismo idealista (Berkeley) y el empirismo sensista (Hume).
Como precursor del empirismo hay que citar a Hobbes (1588-1679) defensor del corporeÃsmo según el cual, la filosofÃa es la ciencia de los cuerpos y se divide en filosofÃa de la naturaleza que debe estudiar los cuerpos naturales, ya sean los cuerpos fÃsicos o el cuerpo humano, y filosofÃa civil o polÃtica que debe ocuparse del cuerpo artificial o Estado.
Su teorÃa del Estado es conocida a través de su obra Leviatán en la que, impregnado por un pesimismo acerca de la naturaleza del hombre (“homo homini lupus”, “el hombre es un lobo para el hombre”), postula la exigencia de un poder absoluto que sea Dios en la tierra y evite la guerra de todos contra todos a la que estarÃamos abocados si dejásemos al ser humano suelto ante sus propias inclinaciones.
Mención especial merece Berkeley (1685-1753), cuya ausencia en el programa no es comprensible. CrÃtico feroz del materialismo intenta mostrar que, a través de la experiencia -único fundamento del conocimiento-, se concluye necesariamente la existencia del espÃritu. Su afirmación fundamental es “esse est percipi” (“ser es ser percibido”) y con ella expresa que los únicos conocimientos posibles son las percepciones. Pero las percepciones son eso, percepciones. Es decir, pensamientos de una mente. A partir de ahà llega a afirmar que toda la realidad son percepciones (pensamientos) en la mente divina. Es muy recomendable la lectura de su obra Tres diálogos entre Hylas y Filonús. |