GUILLERMO DE OCKHAM (?-1349).

Guillermo de Ockham, llamado por sus contemporáneos Doctor invincibilis y Princeps nominalium, es la última gran figura de la escolástica y al mismo tiempo la primera figura de la Edad Moderna.

Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento pero, según lo que se puede deducir partiendo de los pocos acontecimientos que conocemos de su vida, se sitúa entre los años 1280, como pronto, y 1300, como muy tarde. Según unos nació en un lugar llamado Ockham, en el condado de Surrey, al sur de Londres, mientras que otros consideran que Ockham era simplemente su apellido.

Se sabe que ingresó muy joven en la orden mendicante de los franciscanos, y que realizó sus estudios en Oxford, donde comenzó a cursar teología en 1310. Si eso es correcto, debió ejercer su actividad como lector de la Biblia de 1315 a 1317, y como lector de las Sentencias de 1317 a 1319. Durante los años siguiente, 1319 a 1324, se dedicó al estudio, la labor de autor y las disputas escolásticas. Ockham había completado así los estudios requeridos para el magisterium o doctorado. Parece ser que nunca ejerció realmente la enseñanza como magister regens, sin duda porque al comenzar el año 1324 fue citado para comparecer ante el papa, en Avignon.
De ahí que muchos interpreten su título de inceptor ("el que empieza") en el sentido de que no llegó a enseñar como doctor y profesor; si bien algunos lo han atribuido a su condición de fundador de una nueva escuela.

En el año 1323, John Lutterrell, antiguo canciller de la universidad de Oxford y que había acusado a Ockham de herejía, llegó a Avignon, donde expuso a la atención de la Santa Sede una lista de 56 proposiciones tomadas de una versión del Comentario de Ockham a las Sentencias. Consigue que el papa Juan XXII convoque a Ockham a la corte papal, entonces en Aviñón, para someterle al interrogatorio pertinente acerca de significado de sus tesis, con el fin de juzgar su ortodoxia o heterodoxia.

Durante varios años, en los que permanece como prisionero de la corte, se trata el asunto, que parece terminar con una sentencia benévola por parte del papa, a pesar de que una comisión de seis doctores censuró, en 1326, cincuenta y un artículos de su Comentario.


Los acontecimientos políticos que tuvieron lugar entonces, entre el excomulgado emperador Luis de Baviera y el papa Juan XXII a raíz de la disputa sobre la prevalencia del poder terrenal o del poder espiritual, provoca la intervención de Guillermo de Ockham en la disputa, la misma que los franciscanos mantenían ya con el papado al respecto.

A principios de diciembre de 1327, Miguel de Cesena, el general de los franciscanos, llegó a Avignon, donde el papa Juan XXII le había convocado para dar cuenta de sus ataques a las constituciones pontificias relativas a la pobreza evangélica.

A instancias del general franciscano, Guillermo de Ockham se interesó en la disputa sobre la pobreza y, en mayo de 1328, Miguel de Cesena, que acababa de ser reelegido general de los franciscanos, huyó de Avignon, llevando consigo a Bonagratia de Bérgamo, a Francisco de Ascoli y a Guillermo de Ockham.
En junio, el papa excomulgó a los cuatro fugitivos, que se reunieron con el emperador Luis de Baviera en Pisa, y desde allí le acompañaron a Munich. Así comenzó la participación de Ockham en la lucha entre el emperador y el papa, una lucha en la que el emperador era también ayudado por Marsilio de Padua. Aunque algunas de las polémicas de Ockham contra Juan XXII y sus sucesores, Benedicto XII y Clemente VI, concernían a cuestiones teológicas, el punto principal de la disputa fue el de la relación del poder secular y eclesiástico.

Si en los años de enseñanza en Inglaterra y durante su estancia en Avignon, se había dedicado a la redacción de Comentarios a las Sentencias, al Organon y a la Física de Aristóteles, así como a su amplia Summa logicae; a partir de 1328 trabajó casi exclusivamente en sus obras polémico-políticas: sobre la cuestión de la pobreza franciscana (Opus nonaginta dierum), sobre la eclesiología de los papas de la época (De dogmatibus papae Johannis XXII, 1334; Tractatus contra Benedictum XII, 1337-38; Compendium errorum papae Johannis XXII, 1338); sobre el origen y la naturaleza del Estado (Dialogus, Octo quaestiones) y sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado (Breviloquium de potestate papae, De imperatorum et pontificum potestate).

Luis de Baviera, protector de Ockham, murió repentinamente el 11 de octubre de 1347, y Ockham dio pasos para reconciliarse con la Iglesia. Se preparó una fórmula de sumisión, pero no se sabe si Ockham la firmó realmente y si la reconciliación tuvo efecto en algún momento. Murió en Munich en 1349, al parecer a causa de la peste negra. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia franciscana de Munich.