Cualquier respuesta a una pregunta
no pertinente es una respuesta impertinente. Desde este principio se establece
nuestra metodología inspirada en el diálogo socrático. Para
hacer filosofía hay que partir de la cuestión. Es necesario que
nuestros alumnos se planteen las cuestiones para que puedan comprender la racionalidad
de las soluciones filosóficas y enjuiciarlas críticamente a fin
de comprender que la filosofía no es abstracta sino eminentemente práctica
(vital). Así, podríamos definir nuestra metodología como
activo-propositiva-vital..