Frente
a las sutilezas de los sofistas, Sócrates defendió el valor de
los conceptos.
Platón
pensaba que cualquier contenido de la mente existía tal cual en la realidad
del mundo de las Ideas.
La
reacción de Aristóteles ante la Teoría de las Ideas, al
señalar que las ideas existen sólo en la mente humana pero se
corresponden a la realidad, trae consigo el verdadero nacimiento de la lógica.
En
el siglo XIV se produce el movimiento nominalista, una de cuyas figuras más
representativas fue Ockham. Para los nominalistas no existen ideas generales,
sino sólo signos, nombres o palabras.
¿Flores
o margaritas? Depende del predicable que utilicemos en nuestra conceptualización
de estas realidades.