La difusión (1)
Uno de los fenómenos físicos que con mayor claridad da su apoyo a la llamada teoría cinético-molecular es la difusión. Cuando ponemos en contacto dos fluidos o un sólido soluble en un líquido, éstos acaban mezclados al cabo de cierto tiempo de forma espontánea.
La experiencia nos demuestra que cuando abrimos un frasco de perfume o de cualquier otro líquido volátil, podemos olerlo rápidamente en un recinto cerrado. Decimos que las partículas del líquido, después de evaporarse, se difunden por el aire, distribuyéndose en todo el espacio circundante. Lo mismo ocurre si colocamos un terrón de azúcar en un vaso de agua, las partículas de azúcar se difunden por todo el agua (a este proceso se le llama disolución). Para que tenga lugar el fenómeno de la difusión, la distribución espacial de partículas no debe ser homogénea, debe existir una diferencia de concentración de las partículas entre dos zonas. |
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