«---Quincena 3ª-. La argumentación---»
      
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Déjame convencerte…

En la unidad anterior hemos estudiado aquellos textos que nos descubren el mundo, nos lo explican y nos lo hacen más comprensible. Eran los textos expositivos nuestros profesores y guías para hacernos más cultos y estar mejor informados, los que satisfacían nuestra curiosidad y nuestra necesidad de saber más. En esta nueva unidad vamos a estudiar aquellos textos que tienen como finalidad convencernos, persuadirnos, justificar la verdad y disuadirnos de la mentira; o, también, aquellos otros que nos intentan llevar a su terreno, nos quieren hacer partícipes de la opinión del autor, que recurren a todo tipo de tretas lingüísticas para hacernos comprar objetos invendibles, enrolarnos en una posición política o suscribirnos a una revista. Se trata de los textos argumentativos, los responsables de que, junto con nuestra experiencia diaria y nuestro ambiente familiar, pensemos de una cierta manera o veamos la vida de acuerdo con determinados criterios. Como los de este autor…

(…) siempre me han parecido fastidiosos esos padres empeñados en ser “el mejor amigo de sus hijos”. Los chicos debéis tener amigos de vuestra edad: amigos y amigas, claro. Con padres, profesores y demás adultos es posible en el mejor de los casos llevarse razonablemente bien, lo cual es ya bastante. Pero llevarse razonablemente bien con un adulto incluye, a veces, tener ganas de ahogarle. De otro modo no vale. Si yo tuviera quince años, lo que ya no es probable que vuelva a pasarme, desconfiaría de todos los mayores demasiado “simpáticos”, de todos los que parece como si quisieran ser más jóvenes que yo y de todos los que me diesen por sistema la razón.
Fernando Savater: Ética para Amador

Y es que de esto se trata en los textos argumentativos: de ponerse en tu lugar, de seducirte y convencerte del punto de vista personal de alguien acerca de un tema determinado. En esta unidad verás cómo se trata de una técnica que tiene sus reglas y sus normas, sus procedimientos y su vocabulario, su entonación y su estructura. ¿Te habré convencido de que esto es verdad cuando acabemos el tema?

  • Características de la argumentación
  • Elementos y funciones comunicativos
  • Estructura
  • La tesis
  • Los argumentos
  • Tipos de argumentos
  • Características lingüísticas
  • Ámbitos argumentativos
  • Análisis de un texto argumentativo
  • Estudia eficazmente
  • Ortografía de la h y la x
  • El lenguaje del periodismo
Características generales de los textos argumentativos

Ya que los textos argumentativos tienen como finalidad convencernos de las ideas presentadas por el autor, habría que empezar por distinguir dos grandes grupos de textos de acuerdo con la intención última de quien los escribe, puesto que hay quien escribe para defender su opinión y quien lo hace para demostrar por qué ha llegado a una cierta conclusión. Es decir, distinguir entre quien argumenta sobre hechos y quien lo hace sobre opiniones. Al terreno de lo primero pertenecerían quienes escriben sentencias, demostraciones matemáticas o artículos científicos; y al de lo segundo quien escribe acerca de ideas o hechos que son opinables. Fíjate en un ejemplo del primero de estos textos acerca de una hipótesis sobre la desaparición de los dinosaurios. El autor se apoya siempre en datos expositivos para, a continuación, lanzar su opinión acerca del hecho y explicarlo con una posible interpretación o hipótesis:

Dado que durante el Cretáceo se completó la separación de los continentes debido a la deriva continental, ésta transformó áreas continentales en costeras y viceversa, y los continentes se trasladaron acercándose o alejándose de los polos, lo que produjo importantes cambios climáticos, ecológicos y bióticos que llevaron a la extinción de los dinosaurios.

El segundo tipo de textos es mucho más claro en cuanto a su intención. Así sucede con la opinión del diario El País sobre la concesión del Premio Nobel de Literatura al escritor peruano Mario Vargas Llosa:

[Vargas Llosa] se merecía hace ya años el Nobel de Literatura, y por eso hay que celebrar que la Academia Sueca levantara esa especie de veto ideológico que le impidió habérselo concedido hace tiempo. El premio sirve también para reconocer el peso del español en el nuevo mundo globalizado y su extraordinario empuje. Vargas Llosa es uno de sus mejores embajadores.

Es la opinión del diario, su particular punto de vista sobre la justicia del premio. Se trata, en este caso, de argumentar sobre opiniones.

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Elementos y funciones de la comunicación

Ya sabes que uno de los rasgos que definen el tipo de textos que estamos estudiando es la presencia de determinados elementos de la comunicación y de unas funciones lingüísticas concretas. Los textos argumentativos no son una excepción.

En cuanto al emisor, y al contrario que en los textos expositivos, tiene una presencia importantísima en la argumentación. Recuerda que se trata de defender una posición personal frente a una cuestión determinada, y para eso es necesario identificarse, ganarse la confianza del lector y su respeto sin esconderse (recuerda el texto de la sección Antes de empezar). Y esto es cierto tanto para demostrar hechos (por ejemplo en revistas científicas) como para opinar (fíjate que las columnas de los periódicos siempre aparecen firmadas).

El receptor también es vital, porque la argumentación sería distinta si se quiere convencer a un público ya predispuesto a aceptar tus tesis (por ejemplo en un mitin político) que a un grupo de receptores ante los que entrases en competencia con otros textos argumentativos (es el caso de la publicidad, que estudia muy bien sus mensajes, de acuerdo con el sector de la población al que va dirigido el artículo o el producto que quiere vender).

Las funciones lingüísticas predominantes en los textos argumentativos son la apelativa (se trata de convencer al receptor); la representativa (hay que basar la opinión en hechos para ser creíbles); y la expresiva (ya que entra en juego el emisor y su personal punto de vista del tema del que se trate).

Finalmente, también es importante tener en cuenta la situación a la hora de analizar este tipo de textos, puesto que pueden estar dirigidos a un interlocutor y a un público presentes a la hora de llevar a cabo la argumentación (por ejemplo, en un debate o un coloquio); o bien puede tratarse de destinarios pasivos, que no pueden responder en el momento (cualquier artículo en un periódico o un anuncio publicitario).

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Estructura de un texto argumentativo

La variedad de estructuras es muy abierta, ya que los recursos que intenta poner en juego el emisor para persuadir al receptor son también muy variados. Aún así, hay una serie de elementos que aparecen siempre en las argumentaciones:

  • Una introducción, que generalmente busca atraer la atención del lector, captar su interés o ponerlo del lado del emisor.
  • Una argumentación, que puede ser en cascada (si de un argumento se deduce el siguiente) o por acumulación (argumentos aparentemente no relacionados entre sí pero que apoyan la posición del autor).
  • Una tesis que resume el punto de vista del emisor sobre el tema del que se está tratando y que constituye la auténtica esencia de la comunicación en este tipo de textos.

Se repite sin dar explicaciones que "la libertad" es el valor humano más importante. ¿Esto qué quiere decir? ¿Que el hombre es libre por naturaleza? Falso. El hombre nace dependiente y con suerte va liberándose poco a poco de coacciones, miedos, ignorancias, limitaciones. ¿Que una vez consiga la libertad ya se han alcanzado todos los bienes? Obviamente falso también. […]

Hablar de "libertad" me parece simple y tramposo. En cambio, hablar de liberación me parece verdadero y progresista. […] No depender de nada, no comprometerse a nada, no venerar nada es una libertad vacía y errática. Si identificamos la libertad con la espontaneidad, nos sometemos ineludiblemente al impulso o a la presión del ambiente. Hacer lo que me da la gana no es ser libre, es obligarme a hacer lo que la gana decide hacer. […] Después de leer este artículo algún bobo dirá que yo no soy partidario de la libertad. Y yo me reiré muchísimo. Espero que usted también.

José A. Marina: Reflexiones sobre la libertad.

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Imagen Comprueba lo que sabes sobre
la estructura de la argumentación.
La tesis

Se trata de uno de los elementos básicos de un texto argumentativo, la idea central que defiende el autor, su proposición, la esencia de lo que sugiere en el texto. No debes confundirlo con el tema general del que trata, que es algo distinto. Es decir, un texto puede tratar acerca de la utilización de centrales nucleares para producir electricidad (tema), pero otra cosa es la tesis que puede mantener su autor (a favor o en contra de su utilización).

La tesis puede aparecer en distintos posiciones dentro del texto: hay autores que prefieren abrir la argumentación con su posición personal sobre el tema y otros, por el contrario, prefieren dejar discurrir los argumentos previamente a lanzar la tesis, la idea central que mantienen. Incluso hay textos en los que la tesis es implícita, es decir, que no se verbaliza literalmente, sino que el lector tiene que deducirla, un procedimiento más infrecuente pero también muy persuasivo (la idea parece que se le ha ocurrido al receptor en vez de al emisor).

Recuerda que la tesis defendida en un texto argumentativo puede ser sugerida de formas muy sutiles. Apurando el concepto de textos argumentativos, y para que seas consciente de la enorme variedad de este tipo de textos, fíjate en la ilustración de Quino:

La crítica y el mensaje son claros: se trata del desprecio de los ricos hacia los pobres. Ésta es la tesis, aunque se defienda con argumentos tan irónicos y sugerentes como una ilustración gráfica.

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Los argumentos

Constituyen la base del texto argumentativo, ya que sobre la contundencia, la persuasión y la validez de los argumentos que se empleen descansará la eficacia del texto. No tienen tampoco una posición fija en él, y la única condición imprescindible que deben cumplir es que estén supeditados a la tesis, que sirvan realmente de apoyo a la opinión mantenida por el autor y que, en fin, no puedan ser fácilmente refutados (contestados) por un receptor que no se halle de acuerdo con la tesis. Esto es especialmente importante en debates, mesas redondas y coloquios, donde no existe el tiempo necesario para estructurar correctamente las ideas, sino que generalmente hay que improvisar respuestas… y argumentos con los que rebatir la posición contraria. Este ejemplo favorable a la introducción de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en los medios educativos te ayudará a identificar los elementos argumentativos del texto:

La nueva sociedad de hoy, la sociedad de la información y conocimiento, requiere de nuevos enfoques formativos que nos permitan “aprender a aprender” para seguir formándonos toda la vida. El aprendizaje de las nuevas tecnologías en una fase temprana del desarrollo educativo juega por tanto un papel fundamental. Contenidos más dinámicos, mayor flexibilidad de adaptación, interactividad o facilidad en la actualización de contenidos son, por otro lado, algunas de las ventajas que ofrece la introducción de las nuevas tecnologías (TIC) en las aulas.

En este caso el autor ha preferido mantener un tono aparentemente expositivo para esta introducción, pero manifiesta desde un principio un catálogo de argumentos sobre las virtudes de las TIC.

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Tipos de argumentos

La importancia de los textos argumentativos es tal que tradicionalmente, y desde la antigüedad grecolatina, se han clasificado las clases de argumentos, según tuviesen que ver con el emisor, el receptor o el tema del discurso. No vamos aquí a entrar en una clasificación detallada, sino que vamos a citar algunos de los más frecuentes e importantes:

Tipos de argumentos Ejemplo
De autoridad: se recurre a alguien de indiscutible prestigio para avalar nuestra argumentación. Ya Einstein señaló alguna vez que la física es la disciplina más importante de la ciencia…
Ad hominem: se inicia con algún concepto compartido por el lector o el público que escucha para ganar su interés y aprobación. Bien saben ustedes, los militares, que la seguridad de la Nación es lo que guía nuestros impulsos.
Argumento del sentir general: se basa en compartir un hecho con la generalidad de las personas. No te preocupes, todos cometemos errores.
Uso de refranes: es una variedad del anterior, pero muy efectivo porque lo argumentado tiene el respaldo de lo popular y general. Levántate pronto todos los días, ya sabes que “a quien madruga Dios le ayuda”.
Recurrir a supuestos o reales datos científicos o a un vocabulario pretendidamente técnico. Según los últimos estudios realizados, se da por cierto que…
La generalización a partir de un caso concreto. Todo el mundo lo sabía: con esa forma de vivir sólo podía acabar así…

Hay numerosas clases de argumentos, muchos de los cuales se estudian en los cursos de oratoria que realizan políticos, líderes sindicales o personas conocidas de los medios de comunicación como radio, televisión o prensa. Es importante que sepamos identificar en estos discursos qué hay de sincero o de novedoso y qué hay de retórica o de falsas argumentaciones. Nunca olvides que la última palabra la tenemos siempre los ciudadanos, y que de nuestro mayor conocimiento de las herramientas del lenguaje depende muchas veces nuestra independencia de criterio.

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Imagen Comprueba lo que sabes sobre
los tipos de argumentos.
Características lingüísticas de la argumentación

Ya sabemos por el tema anterior que cualquier tipo de texto lleva asociadas unas características lingüísticas que lo identifican dentro del subgrupo al que pertenece. Así sucede también con los argumentativos, en los que de forma general podemos distinguir las siguientes características dentro de la enorme variedad que presentan:

Marcas relacionadas con el emisor:

  • Es frecuente el uso de la primera persona para marcar la subjetividad del texto y hacer claramente visible que se trata de una opinión personal.
  • Uso del presente en los verbos para dar mayor sensación de realidad, credibilidad y actualidad de la tesis mantenida.
  • Presencia habitual del llamado plural sociativo, que aleja aparentemente al texto de lo singular para hacerlo más participativo y plural (Creemos que esto no tiene otra solución que la que proponemos).

Marcas relacionadas con el receptor:

  • Presencia habitual de interrogaciones retóricas (¿No cree usted, como yo, que las cosas deben hacerse bien?) que no dejan alternativa de respuesta.
  • Uso frecuente de vocativos para buscar un contacto próximo del receptor con el texto o el autor y ganar así su aprobación (Pensará usted, amigo mío, que estamos exagerando, pero…).
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Léxico:

  • Generalmente preciso, pero no se aleja de las connotaciones que hacen sugerir en la mente del lector otras asociaciones de ideas que refuerzan la tesis o la opinión del autor (¡Qué lejos estamos de aquellos días felices, plenos, idílicos, en que las decisiones políticas parecían provenir directamente de los ciudadanos!)
  • Se recurre frecuentemente a tecnicismos, especialmente en el lenguaje publicitario, aunque no sólo en él (Sólo este automóvil incorpora el sistema electrónico de inyección inteligente…).
  • No se evitan metáforas, imágenes o cualquier otro procedimiento para llamar la atención del receptor y ganarle también por el lado estético (Hizo del país su feudo, de los ciudadanos sus servidores, del futuro su rehén).

Conectores:

  • Son también variados, pero se usan especialmente los ligados al desarrollo de ideas: ahora bien, no obstante, por lo tanto, en consecuencia, por el contrario, en resumen, en conclusión, etc.
Ámbitos argumentativos

La variedad de situaciones en que podemos crear textos argumentativos, encontrarnos con ellos o ser receptores de los mismos es enorme, pero podemos agruparlas de forma general en las siguientes:

  • Variedades pertenecientes a la vida cotidiana o profesional: discusiones acerca de distintos temas, puntos de vista profesionales, entrevistas con distintos fines (laborales o de aceptación en instituciones), etc. Los recursos puestos en juego son esencialmente orales.
  • Variedades pertenecientes al ámbito social o público: son muy variadas, y comprenderían desde la lectura de la prensa periódica (con sus artículos de opinión, editoriales, cartas al director, etc.) o la televisión y la radio (programas de debate en donde cada invitado intenta convencer al espectador de su punto de vista; reportajes que mantienen su tesis acerca de la situación que analizan; etc.). Aquí también entraría la publicidad en todas sus formas (vallas, anuncios en prensa, radio o televisión, propaganda, etc.). Estos textos argumentativos suelen estar elaborados cuidadosamente, casi siempre son editados y maquetados por profesionales y demuestran una elaboración muy pensada y planificada.
  • Variedades pertenecientes a un ámbito científico o relacionadas con una disciplina: es el caso de los artículos científicos, médicos, de crítica literaria, sentencias judiciales, etc., en los que el autor intenta convencer a los lectores, generalmente especializados, de su tesis acerca del tema en cuestión. Suelen tener un vocabulario especializado, culto, y una estructura cercana a la expositiva ya que se trata de argumentar acerca de hechos.
  • Variedades pertenecientes al ámbito académico y ensayístico: los trabajos en los que se pide una opinión personal; los exámenes que se basan en análisis de textos, donde se debe argumentar sobre nuestra posición y la del autor; los comentarios de libros leídos, etc.
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Análisis de un texto argumentativo

La lengua española tiene que prepararse para un ciclo grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de diecinueve millones de kilómetros cuadrados y cuatrocientos millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en los Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países. […] A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero, dijo: "Parece un faro". Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. […] ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cereza que sabe a beso?
Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempos no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo veintiuno como Pedro por su casa.

Gabriel García Márquez: Botella al mar para el dios de las palabras.
Discurso de apertura del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española.

  • Estructura: el texto comienza con una declaración general que sirve de introducción: la lengua española tiene que prepararse para los nuevos tiempos. Sigue con distintos argumentos: el número de hablantes, su extensión territorial, su creatividad, etc. Finaliza con la tesis que defiende el autor: la ortografía debe reformarse para liberar la lengua y prepararla para el futuro (acabar con los fierros normativos).
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  • Argumentos: Los argumentos son sólidos y al tiempo muy literarios, como corresponde a un escritor. Recurre a imágenes y metáforas, y a un lenguaje rico, que no huye de los americanismos (desde el ejemplo del balido de un cordero hasta la forma originalísima con que cierra el primer párrafo).
  • Rasgos lingüísticos:
    • Introduce a la audiencia y al lector en el asunto (Nuestra contribución no debería ser…, ¿Cuántas veces no hemos probado…?) para implicarlos en su argumentación.
    • Alterna expresiones cultas y modernas (dinámica creativa) con otras coloquiales y cercanas (como Pedro por su casa).
    • Recurre a ejemplos para hacer el texto más comprensible (el del maestro de Estados Unidos, el del periodista francés) y apoyarse así en algo más que su opinión.
  • Los conectores son los habituales argumentativos (sino, al contrario, con razón…, etc.), aunque opta frecuentemente por la frase breve en la que se sobreentienden otros conectores como porque, a causa de esto.
Aprovecha el tiempo. Estudia eficazmente

Podemos darte algunos consejos para que obtengas mejores resultados académicos y, sobre todo, para que te encuentres a gusto estudiando y no te suceda nunca aquello de “¡Me he quedado en blanco”! Vamos a ver si lo conseguimos.

  • Procura trabajar, si es posible, en un ambiente silencioso, sin música, con luz natural o artificial (mejor la primera) que entre por tu izquierda para que no te haga sombra y en una mesa ordenada y en la que tengas todos tus materiales a mano y preparados, incluido el ordenador.
  • Es fundamental hacer una lectura comprensiva de la materia del examen. Es el momento de preguntarte dudas y usar el diccionario de la RAE (en papel o digital). No puede quedarte ninguna duda sobre los contenidos.
  • Escribe notas a lápiz en los márgenes si te parece necesario, y usa dos colores para subrayar: uno para las ideas fundamentales y otro para las secundarias. Fíjate en las palabras en negrita o en cursiva, porque el autor las ha considerado relevantes.
  • Es el momento de hacer un esquema de cada uno de los temas o bloques. Estos esquemas deben responder al doble subrayado. Aprovecha su elaboración para ir fijando en tu memoria cuidadosamente los distintos apartados.
  • Ahora tienes que hacer dos cosas: repite el esquema en hoja aparte para comprobar que tienes una buena visión general del bloque, y luego pasa a memorizar el desarrollo de cada uno de sus contenidos, esta vez con el apoyo del libro. Al acabar debes ser capaz de rehacer mentalmente el esquema y de desarrollar cada uno de sus puntos.
  • Alterna estudio y tiempo libre. Una buena planificación del tiempo –por días o semanas– te ayudará enormemente a poder compatibilizar tus estudios y tus aficiones. Nunca prepares un examen los dos o tres últimos días, porque no hay tiempo para fijar con orden los contenidos.
  • Para que tengas éxito es imprescindible llevar al día los trabajos que te encomienden. Pedirlos a un compañero nos puede sacar de un apuro, pero no nos hará aprobar un examen.
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Imagen Comprueba si sabes
organizar un esquema.
Ortografía de la h y la x

Se escriben con h:

  • Las formas de los verbos haber, hacer, hallar, hablar, habitar: hablamos, haremos, halló, etc.
  • Las palabras de uso actual que empiezan por los diptongos ia, ie, ue, ui: hiato, huida, hiena, etc.
  • Se escribe h intercalada en las palabras que llevan el diptongo ue precedido de vocal: cacahuete, vihuela, alcahueta, etc.
  • Las palabras que contienen los elementos compositivos hecto, helio, hema, hemato, hemo, hemi, hepta, hetero, higro, hidro, hidra, hiper, hipo, homo, etc.: hectómetro, higrómetro, hemoglobina, hipermercado, etc.
  • Algunas interjecciones: Bah, eh, hala, ah.

Se escriben con x:

  • Las palabras que empiezan por los elementos compositivos xeno– (extranjero), xero– (seco) y xilo– (madera): xilófono, xenofobia.
  • Las palabras que empiezan por la sílaba ex– seguida del grupo –pr: expresar, exprimir.
  • Muchas de las palabras que empiezan por la sílaba ex– seguida del grupo pl–: explotar, explicar, explanada, etc.
  • Son ajenas a esta norma esplendor y sus derivados, así como espliego y otras palabras de uso menos frecuente.
  • Las palabras que empiezan por los prefijos ex– y extra–: extraordinario, excarcelar, etc.
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El lenguaje del periodismo

Quizá en ningún otro género como el periodístico se mezclan los dos tipos de textos que ya has estudiado en las unidades 2 y 3. La exposición y la argumentación se dan cita en cualquier diario impreso o digital a través de los distintos contenidos de los diarios:

La exposición es el tipo de texto característico de los géneros informativos, y así sucede con la noticia, el reportaje y la entrevista.

La argumentación prevalece en los géneros de opinión, como el editorial, la columna o el artículo.

Hay finalmente mezcla de exposición y argumentación en géneros tradicionalmente mixtos, como la crónica y la crítica.

El lenguaje periodístico, en general, tiene que ser directo; culto pero no exclusivo de minorías; cuidado pero cercano al léxico de la calle; atento a las novedades –de hecho es fuente habitual de cultismos–, pero no tanto como para alejarse del nivel cultural de sus lectores. Es también frecuente la utilización, en cada medio escrito, de un Libro de estilo, en el que se recomiendan los usos ortográficos más habituales (escritura de nombres propios de personas, ciudades y países extranjeros); avisa sobre los errores sintácticos y morfológicos más frecuentes; y recuerda los consejos de la RAE acerca de palabras dudosas y usos que pueden ser modernos, pero que se alejan del español –sobre todo a la hora de incorporar léxico proveniente del mundo informático y audiovisual, donde son frecuentes los anglicismos gratuitos–.

Otro aspecto importante es el de la redacción de los titulares. Es lo primero que verá el lector y lo primero en que se fijará un hipotético comprador del diario; por tanto tiene que ser llamativo, sin caer en el sensacionalismo, e invitar a comenzar o continuar la lectura. Por eso la redacción de un titular requiere una gran capacidad de síntesis.

En esta página podrás realizar ejercicios para repasar lo que has aprendido.

Encontrarás dos juegos de ejercicios sobre:

Textos argumentativos
Textos y ortografía


No tienes límite de tiempo para realizar los ejercicios.
Hazlos con calma, comprobando bien las soluciones.
Si fallas reiteradamente en alguno, repasa de nuevo los contenidos y vuelve a intentarlo.
Puedes resolver los ejercicios cuantas veces quieras.


  • Autoevaluación 1
  • Autoevaluación 2
Actividades

Texto

Cuando te hablo de libertad es a esto a lo que me refiero. A lo que nos diferencia de las termitas y de las mareas, de todo lo que se mueve de modo necesario e irremediable. […] Y aquí conviene señalar dos aclaraciones respecto a la libertad: Primera: No somos libres de elegir lo que nos pasa (haber nacido tal día, de tales padres y en tal país) […], sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo (obedecer o rebelarnos, ser prudentes o temerarios) […] Segunda: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo la libertad (que consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (que sería conseguir siempre lo que uno quiere, aunque pareciese imposible). Por ello, cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad. […] En la realidad existen muchas fuerzas que limitan nuestra libertad, desde terremotos o enfermedades hasta tiranos. Pero también nuestra libertad es una fuerza en el mundo, nuestra fuerza. Si hablas con la gente, sin embargo, verás que la mayoría tiene mucha más conciencia de lo que limita su libertad que de la libertad misma. Te dirán: «¿Libertad? ¿Pero de qué libertad me hablas? ¿Cómo vamos a ser libres, si nos comen el coco desde la televisión, si los gobernantes nos engañan y nos manipulan, si los terroristas nos amenazan, si las drogas nos esclavizan, y si además me falta dinero para comprarme una moto, que es lo que yo quisiera?» En cuanto te fijes un poco, verás que los que así hablan parece que se están quejando pero en realidad se encuentran muy satisfechos de saber que no son libres. En el fondo piensan: «¡Uf! ¡Menudo peso nos hemos quitado de encima! Como no somos libres, no podemos tener la culpa de nada de lo que nos ocurra…»

En resumen: a diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética.

Fernando Savater: Ética para Amador.

  1. Lee atentamente el texto de la izquierda y responde a las cuestiones:
    a) ¿Cuál es la tesis que se mantiene en el texto? ¿Y el tema?
    b) Cuáles son, resumidos, los argumentos que usa el autor?
    c) Cita dos ejemplos en que el autor se dirija al receptor que lee el texto.
    d) Cita algún ejemplo de interrogación retórica.
    e) ¿Por qué razones podríamos asegurar que se trata de un texto argumentativo?

  2. Clasifica los siguientes argumentos:
Yo que tú mantenía sólo una de las dos tiendas, que casa con dos puertas mala es de guardar.  
La imaginación es una forma de realismo. Ya dijo Julio Verne que «todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad».  
La mayoría de los científicos creen que el hombre conseguirá vivir más de cien años en pocas décadas.  
Nadie dudaba de que dijese la verdad, lo que sucede es que por todos le conocíamos, y claro…  
Todos los que estamos en esta sala sabemos leer entre líneas lo que está sucediendo realmente en el país…  
El hijo igual que el padre: de la gente de esa casa sólo se puede esperar lo peor.  
Compre este automóvil: es el único con tecnología runside, no lo olvide.  
  1. ¿Qué rasgos distinguen un texto argumentativo de otro expositivo?

  2. Menciona cinco ejemplos de textos argumentativos. Recuerda que usamos texto en un sentido muy general, comunicativo, y valdrían desde ejemplos escritos hasta otros pertenecientes a muy distintas situaciones. Repasa, para que te hagas una idea más concreta, la variedad de situaciones en que pueden darse este tipo de textos, y procura que sean ejemplos distintos a los mencionados en la quincena.

  3. Escribe un pequeño texto argumentativo acerca del hecho de estudiar en el Cidead (recuerda que debes partir de una tesis (positiva o negativa), defenderla con argumentos, y darle la estructura adecuada e introducir las marcas pertinentes. Repasa el ejemplo del comentario de un texto argumentativo que aparece en la unidad.
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Fichero Adjunto:

Información y opinión en Internet

¿Buscas información sobre cualquier tema? Estará en la wiki, seguro. ¿Dudas acerca de la ortografía de una palabra? Consulta la edición digital del diccionario de la RAE. ¿Las últimas noticias? Están en la edición digital de los diarios. ¿Las últimas fotos de la excursión que hiciste con tus amigos? Las encontrarás en el Facebook de cualquiera de ellos. Todo al alcance de un clic. ¿Pero es todo fiable? ¿Podemos darle crédito a cualquier blog?
Y es que en Internet debemos seguir las mismas normas que rigen en el mundo no digital para contrastar la información y decidir en consecuencia si debemos fiarnos o no del contenido de la noticia. Con todo, las opciones para contrastar la validez de los contenidos digitales son varias, y es importante que sigas algunas de ellas para no verte sorprendido por algún bulo más o menos malintencionado:

  • Contrasta las noticias que leas en los medios que tengas a tu alcance, digitales o no.
  • Fíate especialmente de aquellos medios que pertenezcan a instituciones de prestigio (como la RAE, Universidades, organismos oficiales, etc.).
  • La Wikipedia es un recurso muy valioso en Internet. Lee sus artículos críticamente, y recuerda que cada uno pertenece a un autor distinto. No dudes en enviar aviso, si es el caso, de la falsedad de una información, que también puedes contrastar en otros medios de Internet.
  • Interésate por quién está detrás de un blog: su actividad profesional, los medios en que ha trabajado, etc. Si se trata de un internauta anónimo, su opinión podrá ser valiosa o no, pero la veracidad de los datos debe ser contrastada.
  • No des crédito a las noticias y opiniones que lleguen a través de las redes sociales, porque en numerosísimas ocasiones son rumores que van creciendo a medida que más lectores ingenuos los propagan.
  • YouTube es una magnífica fuente de información y opinión multimedia, pero no se discrimina ningún contenido por su veracidad. Hazlo tú y selecciona el material al que accedes.
  • Nunca hagas caso de correos electrónicos alarmantes, de los que prometen fortunas con reenviarlos ni de los que avisan de terribles virus que destrozarán tu ordenador con sólo recibirlos. No des crédito jamás a la información recibida por esta vía.
  • Los foros y los chats son magníficos sitios de intercambio de información y opinión, pero los usuarios son anónimos, no lo olvides. El teclado y la pantalla del ordenador dan una falsa apariencia de intimidad.
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