En esta quincena comenzaremos a estudiar los tipos de textos, y lo haremos empezando por aquellos que más tienen que ver con tu actividad como estudiante: los textos expositivos.
Comprobarás que son los que nos informan con objetividad y claridad de aquellos aspectos que nos interesan del mundo que nos rodea y de cualquier área de conocimiento por la que estemos interesados. De acuerdo con esto, los dividiremos en divulgativos y especializados según sea el fin que los anime: un conocimiento general o técnico.
Veremos igualmente que los textos expositivos deben cumplir con una serie de características en cuanto a la estructura –deben contar con una introducción, un desarrollo y una conclusión- y que su vocabulario también está marcado por las exigencias propias de sus fines y clasificación. También cuentan con una serie de elementos lingüísticos característicos, como los conectores.
Acabaremos la unidad yéndonos a los casos prácticos, aconsejándote cómo preparar y afrontar una exposición escrita u oral, con o sin medios electrónicos, para que tengas éxito cuando tengas que afrontar una tarea de este tipo.
La finalidad de la exposición
Rigor y objetividad
Precisión y claridad
Clases de exposiciones
Estructura de la exposición
Definiciones y ejemplos
El vocabulario de la exposición
Los conectores
Preparar una exposición
Presentar una exposición
La ll y la y
Las familias léxicas
La finalidad de la exposición
Los textos expositivos tienen como finalidad informar al receptor con rigor, objetividad, precisión y claridad. Fíjate bien en la importancia del verbo informar. No se trata de textos en los que el autor opina, crea, piensa…; se trata, si hablamos de un verdadero texto expositivo, de comunicar al lector una serie de conocimientos que deben ser cuidadosamente expuestos para que no quede ninguna duda acerca de su contenido:
La construcción de una gran plaza porticada [la Plaza Mayor de Madrid] fue una idea que se inició en tiempos de Felipe II, encargándose en 1581 Juan de Herrera de los primeros derribos y expropiaciones. […] Es ya en 1617 cuando Juan Gómez de Mora recibe el encargo de estructurar una nueva y amplia Plaza Mayor, proyectando este arquitecto […] un rectángulo de 120 metros por 94. Las obras se realizaron con rapidez, estando acabado lo esencial en 1619.
Madrid de los Austrias. Ediciones La Librería.
Características generales de la exposición: rigor y objetividad
El rigor de un texto expositivo está unido a su credibilidad (es decir, que lo tomemos como un texto serio que no nos ofrece dudas acerca de su contenido). Ninguno dudamos acerca del rigor de un libro de texto (como este mismo), pero cada vez es más frecuente recurrir a los medios digitales para consultar información -¿cuántas veces has visitado ya la Wikipedia?-. No siempre la información que aparece en Internet es rigurosa, es decir, conviene consultar más de una fuente (otros enlaces sobre el mismo tema) para comprobar el grado de coincidencia y fijarse muy bien en el autor o la institución responsable de la página.
Por este motivo nos parece mucho más rigurosa la definición de una palabra en el diccionario de la RAE (Real Academia Española de la Lengua) que otra definición tomada de cualquier otro diccionario, o, si se trata de una cuestión histórica, es más fiable consultarla en un manual de Historia que en una página web de curiosidades encontrada al azar de un buscador.
El siguiente rasgo de los textos expositivos es la objetividad. Recuerda con qué aclaración abríamos el tema: lo importante de esta clase de textos es informar, no opinar, que es más característico de otros tipos de discurso, no del expositivo. Esta objetividad obliga al autor a alejarse del tema y a actuar, casi, como de transmisor de unos conocimientos que ha aprendido en otras fuentes; o bien a comunicar lo investigado por él mismo y lo contrastado en su veracidad. Por eso la función lingüística a la que responden estos textos es la función referencial o representativa., que se refiere a lo real y objetivo.
Características generales de la exposición: precisión y claridad
En los lenguajes de los actuales bosquimanos del oeste y el sur de África, muchas consonantes se pronuncian como chasquidos de la lengua y los labios.
Estos lenguajes se conocen genéricamente como khoisan. Sus hablantes incluyen poblaciones tan separadas y aisladas entre sí como los hadzabe de Tanzania (este de África) y los san de la región suroccidental del continente.
Javier Sampedro, El País, Madrid, 19/10/2008
Cualquiera con los conocimientos suficientes podría haber escrito este texto, y en él no hay rastro del autor, ni de su estilo ni de su opinión acerca de la conveniencia o no de los aerogeneradores en nuestros campos. Recuerda: objetividad y neutralidad ante todo.
Los dos últimos rasgos con que definíamos los textos expositivos eran la precisión y la claridad. La necesidad del primero es evidente: si lo fundamental de un texto expositivo es informar, tendrá que hacerlo con precisión, es decir, sin generar dudas y centrando muy bien el tema y las cuestiones que tengan que ver con el asunto de que se trate. En cuanto a la claridad… ¿qué sucedería si tuvieses que estudiar un libro de texto del que no entendieses nada por su vocabulario, por la profundidad de los contenidos, etc.? Pues sucedería que sería un texto expositivo que habría fracasado en su finalidad informativa, aun siendo riguroso, preciso y objetivo.
Seguro que ya serías capaz, con lo dicho hasta aquí, de señalar ejemplos claros de textos expositivos que forman parte de tu vida diaria: unos apuntes, un esquema, un libro de texto, el reglamento de un deporte, un texto consultado en la Wikipedia o en una enciclopedia, el manual de un automóvil, o el prospecto de una medicina. Si no sabes lo que significa prospecto, puedes consultarlo en otro texto expositivo: por ejemplo, en el diccionario.
Ya hemos dicho que la función lingüística predominante es la representativa. No obstante, no todos los receptores somos iguales en conocimientos o tenemos la especialización para comprender cualquier texto expositivo. Intenta llegar hasta el final de este texto:
La evidencia de la teleología en el reino de la vida y el conocimiento de la consiguiente y necesaria función directiva de lo anímico, lleva a un sistema metafísico universal que Becher mismo denomina dinamismo psico-vitalista.
Johannes Hirshberger, Historia de la Filosofía, II.
Como ves, es necesaria una clasificación de los textos expositivos. No podemos situar al mismo nivel los textos anteriores que este. Así, distinguimos entre dos grandes clases de textos expositivos: los divulgativos, a los que pertenecerían los de las páginas 1 y 3, aptos para cualquier persona que tenga la curiosidad de leer sobre el tema del que nos quieren informar; y los especializados, pensados y escritos para receptores que ya poseen conocimientos concretos del tema de que se trate. El último sería un claro ejemplo de los textos especializados.
Para ser sinceros, no hay un modelo único de estructura para los textos expositivos, pero aun así se suelen mencionar siempre aquellas que son las más habituales y que responden mejor a las necesidades de este tipo de textos (ya sabes: claridad, objetividad, etc.). Recuerda que la finalidad última es la de informar, por lo que la estructura -la forma en que se organizan los contenidos, qué va en primer lugar, en segundo término, cómo terminar, etc.- debe estar al servicio de esta función.
Pues bien, dentro de esas estructuras posibles, la más habitual es la que organiza los contenidos respondiendo al esquema de introducción, desarrollo y conclusión.
En la introducción el autor plantea el tema, hace las consideraciones que cree necesarias para encuadrar el asunto, e incluso a veces proporciona una información previa para situar al lector.
En el desarrollo, que es la parte más extensa del texto, se proporcionan los datos necesarios para su comprensión; en definitiva, la información que es el objeto del texto expositivo.
Finalmente, la conclusión puede ofrecer una síntesis de lo tratado o las deducciones a las que se ha llegado tras el desarrollo.
¿Te has parado a pensar alguna vez en el rico proceso, ejemplo de trabajo en equipo, que desarrollan distintos organismos para obtener el humus necesario para que el suelo se enriquezca y fertilice?
Los millones de hojas de un bosque primaveral cambiarán de color al llegar el otoño, morirán y caerán al suelo; al verano siguiente, esas frágiles hojas otoñales se habrán transformado gracias a la acción del calor, las lluvias, las bacterias y los hongos, en una blanda alfombra. Una nutrida hueste de activos jardineros (lombrices de tierra, babosas, caracoles, ciempiés, cochinillas y larvas de insectos) ingiere estos fragmentos, haciéndolos aún más pequeños y acelerando el proceso de descomposición.
Por último, los microorganismos realizan la etapa final del proceso, concluyendo la descomposición de las hojas, que quedan transformadas en humus, oscuro y nutritivo.
Así pues, observamos nuevamente que nada en la Naturaleza sucede de forma casual, sino que la finalización de un proceso supone el inicio de otro, en una cascada infinita que tiene como fin mantener la vida y la biodiversidad en nuestro planeta.
Muchas veces, como sucede en este texto, la puntuación responde también a la estructura del texto expositivo, y los párrafos coinciden con la introducción (pregunta inicial y planteamiento del asunto), el desarrollo (donde se nos cuenta la labor fertilizadora de múltiples organismos) y la conclusión (todo en la Naturaleza está al servicio de la vida en el planeta).
También hay que tener en cuenta otros recursos estructurales que siguen los textos expositivos, como por ejemplo:
La abundancia de definiciones, necesarias para la precisión y el desarrollo de la exposición).
Generalmente aparecen ejemplos para que el lector comprenda mejor lo que lee.
Se usan frecuentemente símbolos gráficos (esquemas, llaves, bolos, guiones, tablas, resúmenes, etc.); así como ilustraciones, a veces en forma de tablas estadísticas o de fotografías o dibujos que hacen más sencilla la explicación (como en las enciclopedias, que suelen ser ilustradas para ejemplificar conceptos y temas).
Características lingüísticas de la exposición: el vocabulario
Fíjate en los rasgos que hemos señalado hasta ahora como típicos de los textos expositivos –claridad, rigor, objetividad– y en su estructura –introducción, desarrollo, conclusión–. Estas particularidades determinan unas características lingüísticas muy concretas: intentaremos utilizar las palabras más precisas, las oraciones tenderán a ser breves y la puntuación, rápida, para que los conceptos queden claros y el lector no se pierda en una maraña de oraciones subordinadas que pueden quedar muy bien en el texto literario, pero que no son tan frecuentes en el expositivo.
El vocabulario suele ser técnico, ya que las exposiciones tratan de desarrollar temas y cuestiones en las que el lector tiene interés o de las que desea ampliar información. Y esto es así incluso en textos divulgativos, en los que habrá que recurrir a explicaciones suplementarias para que esos términos queden claros. Esto último es muy frecuente hoy en día en Internet: si consultas cualquier artículo en una enciclopedia digital, verás que aparecen numerosas palabras con un color distinto, generalmente azul. Son los llamados hiperenlaces; pulsando sobre estas palabras el programa te dirige a un nuevo artículo de esa enciclopedia –o de la Wikipedia–, en donde aparecerá nuevamente desarrollado.
La guitarra es un instrumento musical de cuerda pulsada, compuesto de una caja de madera, un mástil sobre el que va adosado el diapasón o trastero –generalmente con un agujero acústico en el centro de la tapa (boca), y seis cuerdas–. Sobre el diapasón van incrustados los trastes, que permiten las diferentes notas. Su nombre específico es guitarra clásica o guitarra española.
Características lingüísticas de la exposición: los conectores
Los hiperenlaces han supuesto un enorme avance para la exposición de contenidos, puesto que el autor ya no necesita explicar todos los conceptos, sino que queda a voluntad del lector ampliar la temática o consultar sus dudas de lectura simplemente pulsando sobre esos enlaces que precavidamente aparecen en el texto.
Puedes también imaginarte que se huye de las ambigüedades, puesto que el significado tiene que ser único para que la información le llegue al lector de manera clara y transparente. En relación con este apartado también los adjetivos juegan un papel importante: suelen ser especificativos, porque no se busca la belleza de una metáfora o la brillantez de una idea, sino clasificar y ordenar las ideas –los sustantivos– con los rasgos más certeros –adjetivos–. De aquí también la importancia, aunque eso es común a cualquier tipo de texto, de manejar correctamente la lengua, puesto que cuanto mejor nos sepamos explicar con un buen y amplio vocabulario mejor comprenderá el receptor el contenido que le estamos transmitiendo.
Sólo destacaremos una cuestión lingüística más, la de los conectores. En el caso de los textos expositivos verás que son frecuentes las conjunciones y locuciones conjuntivas (unión de varias palabras con valor de conjunción) como a continuación, puesto que, en consecuencia, porque, por tanto, etc.; todas ellas muy relacionadas con la exposición ordenada de las ideas y conceptos que forman parte de una exposición.
Toda la construcción lingüística de un texto expositivo está, pues, al servicio de la información, y todo en el texto -estructura, lengua e intención final- sirve al cumplimiento de este fin: la correcta recepción de la información por parte de quien lee el texto.
Escoge un tema que te parezca interesante y, aunque no es obligatorio, por el que sientas cierta curiosidad. Esto te hará más llevadero el trabajo.
¿A quién va a ir dirigido? Esto es importante porque condicionará la profundidad del contenido, el tono y el estilo general del texto. No es igual que los receptores sean tus compañeros de clase que el profesor.
Documéntate todo lo que puedas: consulta libros, enciclopedias, acércate a la biblioteca, entra en Internet y contrasta informaciones. Toma nota de citas textuales y de las referencias bibliográficas (autor, título, año de publicación, editorial…)
Hazte con documentación gráfica: fotos, ilustraciones, vídeos y material sonoro si es necesario…
Técnicas: Escribir y presentar la exposición
Redacta un guión de lo que vas a escribir. Comprueba que has incluido todas las cuestiones fundamentales que incluyen el tema que quieres desarrollar.
Comienza a escribir y respeta la estructura básica de una exposición: introducción, desarrollo y conclusión. Debe quedar muy claro lo que forma parte de cada parte. El más extenso y pormenorizado será, lógicamente, el desarrollo. Incluye las citas textuales para demostrar afirmaciones y ejemplos para aclarar conceptos .
Recuerda que no es frecuente escribir en primera persona. No se trata de que tú opines, sino de que informes.
Lee despacio y atentamente tu ejercicio: comprueba la ortografía, la expresión, si has empleado adecuadamente los tecnicismos del tema y si estos han quedado bien explicados y aclarados.
Si presentas la exposición en público…
Comprueba si puedes disponer de medios digitales: una presentación electrónica es un excelente vehículo para un contenido expositivo. En este caso debes determinar cuidadosamente aspectos como los fondos de diapositiva, el tipo de letra empleado, que no haya demasiado texto, las ilustraciones y que los efectos incorporados no distraigan al público del contenido de la exposición.
Habla despacio, vocalizando, comprueba con la mirada que los asistentes más alejados te oyen correctamente. No tengas prisa por avanzar, no repitas lo que ya se ha dicho y evita el uso de muletillas (¿vale?¿de acuerdo?).
No permanezcas siempre sentado detrás de una mesa, pero tampoco bailes por el recinto.
Confía en ti: tú eres quien más sabe de ese tema, y tu objetivo es que el público acabe teniendo una información correcta, clara y sin dudas del tema que has elegido para exponer.
Ortografía
Uso de la ll y de la y
Se escribe y después de los prefijos ad-, dis-, sub-.
Subyacer, adyacente, disyuntiva, subyugar.
Se escriben con y las palabras que contienen la sílaba -yec-.
Proyecto, proyectil, trayectoria.
Se escriben con y las formas de los verbos cuyo infinitivo no lleva ll ni y.
Oye (oír), cayó (caer), poseyeron (poseer).
Se escriben con ll las palabras terminadas en -illo, -illa.
Cuadernillo, pastilla, cartilla, castillo.
Se escriben con ll la mayor parte de los verbos acabados en -illar, -ullar, y -ullir.
Apabullar, bullir, anillar, humillar.
Uso de la i y de la y
Al final de palabra, se escribirá -i cuando la vocal sea tónica; cuando sea átona se escribirá y.
Hoy, jabalí, rey, alhelí.
Léxico
Las familias léxicas
La lengua tiene procedimientos para que los hablantes asocien los significados de las palabras de acuerdo con ciertos patrones. Es el caso de las familias léxicas, grupos de palabras asociadas de acuerdo a un elemento común, que es un mismo lexema o raíz:
Pan, panadero, panadería, panificadora.
Puerta, portal, portería, portero, portalón.
Fíjate que en el segundo ejemplo la raíz de la palabra puede variar fonéticamente de acuerdo a reglas de pronunciación y evolución histórica de las palabras, aunque sigue conteniendo un mismo significado que está presente en toda la familia léxica de puerta.
También la familia léxica de una palabra muestra en ocasiones la presencia de cultismos fieles al origen etimológico -generalmente latino-, mientras que la palabra patrimonial -la que ha resultado después de haber sido usada por los hablantes durante siglos- muestra la evolución lingüística de la lengua:
Agua, aguacero, aguamanil, aguafiestas, desaguar…, pero también acuoso, acuario, acuático.
Noche, anochecer… y noctámbulo, nocturno, pernoctar.
No tienes límite de tiempo para realizar los ejercicios.
Hazlos con calma, comprobando bien las soluciones.
Si fallas reiteradamente en alguno, repasa de nuevo los contenidos y vuelve a intentarlo.
Puedes resolver los ejercicios cuantas veces quieras.
Autoevaluación 1
Autoevaluación 2
Actividades
1.- Lee el siguiente texto (que hemos modificado un poco para que se ajuste mejor a la clasificación expositiva) y responde a las cuestiones que le siguen:
Se ofrece a continuación una descripción directa de cada una de las especies de dinosaurios, con breves retratos de los diferentes tipos, tanto los recién descubiertos como los más conocidos.
Los deinonicosaurios sólo se han hallado en rocas del Cretácico, por lo que es de presumir que han evolucionado de antepasados celurosaurios. El género mejor conocido es el Deinonychus, descubierto en 1964 (…) en Montana, Estados Unidos. Era un terópodo de complexión liviana y carrera rápida, que medía de 2,5 a 3 metros de longitud, con una cabeza bastante grande y una mano asidora. El Deinonychus poseía dos rasgos notables. En primer lugar, el segundo dedo de los cuatro de que estaba provisto el pie trasero no llegaba al suelo; terminaba en una enorme garra en forma de hoz, la cual, cuando daba una coz, podía ocasionar una temible herida al enemigo (de aquí el nombre del género, que significa garra terrible). En segundo lugar, la larga cola estaba reforzada por haces de varillas óseas que, al parecer, debieron conferirle una gran rigidez cuando se estiraban. Probablemente el reptil estiraba la cola hacia atrás en posición horizontal cuando corría, utilizándola para mantener el equilibrio.
Posiblemente se trata de uno de los carnívoros más rápidos y poderosos del período Cretácico.
Alan Charig, A new look at the dinosaurs, British Museum, Londres.
Cuestiones:
a.- Resume muy brevemente los contenidos correspondientes a la introducción, el desarrollo y la conclusión.
b.- ¿Qué tipo de léxico se emplea en el texto? ¿Tiene que ver con el contenido de un texto expositivo?
c.- Argumenta si el texto se puede encuadrar dentro de los divulgativos o en los especializados.
d.- Las oraciones, ¿son largas o breves? ¿Qué relación tiene esto con el carácter de un texto expositivo? ¿Y los adjetivos, de qué clase son?
2.- Redacta un texto expositivo acerca del Cidead y su sistema de enseñanza y evaluación. No hace falta que te extiendas demasiado, pero recuerda que debe estar presente la introducción, el desarrollo y la conclusión (recurre a escribir un párrafo para cada apartado, te será algo más fácil). No debes hacer valoraciones, puesto que se trata de un texto informativo, y es conveniente que uses la tercera persona para ir conformando el texto y exponer las cuestiones fundamentales. Consulta el apartado de Técnicas para hacer el ejercicio.
3.- Escribe cinco ejemplos de textos expositivos divulgativos y otros cinco de especializados. No uses los ejemplos que aparecen en la unidad.
4.- Argumenta a favor o en contra de la clasificación de los siguientes ejemplos como textos expositivos. Si hay alguna palabra que no conozcas deberás buscarla en el diccionario:
- Un panfleto político.
- Un manual de fontanería.
- Una biografía de un músico.
- Un manifiesto literario.
5.- Escribe las familias léxicas de las siguientes palabras: casa, mesa, orden y caballo.
Las presentaciones electrónicas
Las presentaciones electrónicas se han convertido en el soporte más habitual para comunicar contenidos en público. Este enorme valor informativo -facilitado por la vistosidad del medio- debe ser tratado con cuidado, y es conveniente seguir ciertas normas para que la comunicación expositiva -si de eso se trata- cumpla plenamente su finalidad informativa:
No se debe abusar del texto. Es muy frecuente el error de acumular líneas de texto para dar mayor información al oyente, cuando lo realmente útil es facilitar un esquema claro, con poco texto, que sirva al orador y al público para saber en qué punto se encuentra de la exposición.
Hay que usar un diseño de página que esté de acuerdo con el tema tratado y que no sea estridente en el uso de los colores y motivos del fondo de la diapositiva.
Se debe ser cuidadoso al elegir los efectos de aparición de texto y de transición de diapositiva para no sorprender en exceso al auditorio ni aburrirlo con la monotonía.
Deben incorporarse ilustraciones que tengan que ver con el tema de la exposición porque relajan el texto y dan algo de variedad a la presentación. En ocasiones el mostrar gráficos estadísticos o tablas puede ser un apoyo fundamental de la exposición.
Es también conveniente buscar motivos o logos que aparezcan sistemáticamente en cada diapositiva. Esto dará personalidad y unidad a nuestro trabajo.
Sigue siendo muy importante revisar con mucho detenimiento la ortografía y la expresión, exactamente igual que si se tratase de un texto para presentar por escrito. Recuerda que los mayores errores suelen aparecer… donde más se notan (títulos, encabezados, etc.).
No es demasiado frecuente usar recursos sonoros (música, efectos especiales, etc.) en una exposición, pero esto también puede jugar a tu favor si incorporas, discretamente, alguno a tu trabajo porque sorprenderás así al público y ganarás su atención (sobre la primera diapositiva antes de comenzar a hablar o para realzar una transición a una diapositiva muy determinada, etc.).