Desde el comienzo de los tiempos el ser humano ha realizado
transformaciones químicas (cocina, cerámica, medicina…) que
han aumentado su calidad de vida.
Algunas de esas
transformaciones químicas han alterado su entorno. Conforme los
adelantos científicos (y químicos) favorecían el aumento de la población, el impacto sobre el medioa mbiente
ha ido creciendo. Veamos tres ejemplos:
Lluvia
ácida
Las combustiones de la industria y las destinadas a producción
de
energía eléctrica (aquí todos tenemos parte de culpa) producen
óxidos de nitrógeno y azufre que se emiten a la atmósfera. Bien por
emisión directa o bien por oxidación en el aire de otras moléculas nos
encontramos con las especies SO
3
y NO
2 que, al entrar en contacto con el agua,
forman ácido
sulfúrico y ácido nítrico respectivamente. Cuando estos ácidos caen a
la superficie de la Tierra con la lluvia producen problemas en plantas,
edificios, aguas...
Efecto
invernadero
La atmósfera tiene un pequeña proporción de CO
2
(0.03%) pero
tiene unas propiedades muy beneficiosas para la vida. Puesto que absorbe parte de
la radiación emitida por la Tierra evitando que se enfríe. Este gases
el
responsable de que la temperatura media de nuestro planeta se mantenga
constante en unos 15ºC en lugar de los -18ºC que tendríamos sin su
presencia. Es el llamado efecto invernadero que, lejos de ser un
problema, es una gran ayuda para la vida.
El problema es que las combustiones, otra vez, generan CO
2
y se va acumulando en la atmósfera. Al aumentar la cantidad de este gas, aumenta el
efecto invernadero y se va elevando la temperatura de nuestro planeta,
no mucho, 0.5ºC en el último siglo. Pero el problema va en aumento ya que cada
vez emitimos más.
Agujero
de
capa de ozono
Otra de las sustancias beneficiosas en nuestra atmósfera es el ozono ( O
3
). Supone solo el 0.000004% de los gases y, sin embargo, absorbe más
del
97% de la radiación ultravioleta que llega a la Tierra. La
capa de ozono está entre 15 y 40 Km sobre la superficie que es donde
hay una mayor
concentración de este gas. Allí el ozono es beneficioso pero en la superficie es un
oxidante muy potente
considerado contaminante por lo que se analiza en las medidas de
calidad del aire en las ciudades.
Hay pruebas de que se está creando un
agujero en la capa de ozono y se sabe que los
principales culpables son los CFCs (refrigerantes y propelentes). Para
mitigar este efecto se llegó a una acuerdo para no utilizarlos. Sin
embargo, tienen
un
vida bastante larga y siguen destruyendo ozono. La consecuencia
directa es el aumento de las radiaciones perjudiciales que llegan a la
superficie de la
Tierra con el consiguiente aumento de
enfermedades de la piel y las mutaciones a las que favorece
esta
radiación.