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13. |
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La Segunda República |
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Etapas - Bienio progresista (1931-1933) |
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Tras el Gobierno provisional, Alcalá Zamora fue elegido presidente de la República y la jefatura del Gobierno pasó a Manuel Azaña.
Azaña se apoyó en una coalición de republicanos de izquierda y socialistas y desarrolló un ambicioso proyecto de reformas:
- Política laica: separación radical de Iglesia y Estado.
- Aprobación de la Reforma agraria (1932), aunque su aplicación fue muy lenta.
- Estatuto de Cataluña (1932): autonomía dentro del Estado español, con instituciones propias: Gobierno (Generalitat) y Parlamento.
- Reformas militares: reducción del número de mandos y facilidades para el retiro a los contrarios al régimen republicano.
- Legislación laboral: mejora de las condiciones de obreros y campesinos.
- Política educativa: construcción de escuelas, Misiones Pedagógicas...
Este reformismo se ganó muchos enemigos en la derecha, que empezó a organizarse tras el hundimiento de la monarquía. En agosto de 1932, el general Sanjurjo intentó derribar el Gobierno mediante un intento de golpe de Estado.
Desde la extrema izquierda, los anarquistas hostilizaron al Gobierno por su carácter “burgués”. La represión de la sublevación en Casas Viejas (enero de 1933) evidenció la difícil posición de la coalición gobernante.
Su descomposición se produjo cuando los socialistas -desengañados por la lentitud de las reformas- se apartaron del Gobierno. Un sector de PSOE empezó a radicalizarse.
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