Navegar en un sitio web, es ir accediendo a las sucesivas páginas (archivos HTML), que componen el sitio. Las páginas están interconectadas entre sí, a través de vínculos que permiten acceder a un documento desde otro.

Los enlaces o hipervínculos suelen ser palabras, trozos de texto o imágenes. Se identifican del resto del documento, porque suelen ir resaltados (normalmente en otro color o subrayados o ambas características a la vez) y porque si se coloca el ratón sobre el enlace, el puntero cambia de forma pasando de la flecha habitual a una mano, y vuelve al estado original si se desplaza el ratón fuera del enlace. Los hipervínculos sirven, por tanto, para acceder a nuevas páginas, que a su vez pueden disponer de nuevos hipervínculos que conducen a otras y así sucesivamente. Además, esas nuevas páginas pueden estar en el ordenador propio (equipo local) o en cualquier ordenador de la red a la que se esté conectado en ese momento (equipo remoto), que en caso de ser Internet, puede estar situado en cualquier parte del mundo. A este sistema de organización de la información se le llama hipertexto.

En un hipertexto la información no tiene por qué expresarse en forma secuencial, como es habitual en nuestra cultura actual: discursos, libros, música, películas..., lo que sugiere esta forma de organización de la información es una estructura de grafo, donde cada nodo contiene parte de la información y está conectado con otros nodos con información relacionada, de forma que el lector decida, en cada momento, si quiere seguir por uno u otro camino.

La navegación por un documento de hipertexto se realiza pulsando con el ratón sobre los enlaces. Estos pueden vincular otros puntos dentro de la misma página, páginas del mismo sitio web o direcciones externas correspondientes a otros servidores. En ocasiones abren una nueva ventana del navegador con lo que se tendrán dos ventanas: la que contiene el hipervínculo y la de la página a la que enlaza.