Después de tu investigación, habrás constatado que el hombre posee un afán natural por alcanzar un conocimiento verdadero acerca de la realidad y de sí mismo. La búsqueda de la verdad implica abrir la inteligencia a la realidad, y responde a unas necesidades científico-técnicas, antropológico-metafísicas y éticas. La verdad es una propiedad de las cosas (verdad ontológica) y del entendimiento humano (verdad lógica o gnoseológica). La verdad gnoseológica se define como "adecuación de un juicio con la realidad" y se fundamenta en la verdad ontológica.

El hombre es capaz de alcanzar conocimientos verdaderos utilizando adecuadamente sus instrumentos de conocimiento: sentidos y razón. Que nuestro conocimiento sea limitado o parcial no significa que sea esencialmente falso. En este sentido, la experiencia del error no debería llevarnos al escepticismo, sino a ser prudentes en nuestros juicios. Por otra parte, no debemos confundir la verdad o falsedad de los juicios con los estados subjetivos de nuestra mente: certeza, duda, opinión.