Ruta 4 - Etapa 1 - Parada 8
La actitud crítica

Rellena los huecos del texto con las siguientes palabras

Comentario

En el uso común del lenguaje, la utilización de la palabra "crítica" (con la que muchas veces se ha identificado a la gnoseología) va acompañada de un reconocido prestigio, ya que se considera una tarea positiva y necesaria, que se opone al dogmatismo y al conformismo. Sin embargo, debemos precisar mejor los términos, y distinguir entre la actitud crítica a ultranza o radical, y la auténtica actitud crítica.

La actitud crítica a ultranza o radical pretende que no se debe aceptar nada como firmemente establecido, y se debe someter todo a un examen implacable, basado exclusivamente en el propio juicio. A simple vista, dicha postura parece positiva y deseable. Sin embargo, un análisis más atento de sus presupuestos e implicaciones nos lleva a descubrir graves inconvenientes:

En primer lugar, dicha actitud esconde en no pocas ocasiones una clara inconsecuencia, ya que este pretendido criticismo acepta sin vacilar presupuestos o puntos de partida que no han sido sometidos a la crítica que se propone como método universal. En segundo lugar hay que decir que, en rigor, no es posible criticarlo todo: si la actitud crítica fuera consecuente y radical, nunca podría detenerse y jamás habría conocimiento alguno cierto, ni normas u orientaciones para actuar. Esta negativa actitud de "sospecha" ante toda presunta certeza, llevada hasta el final, conduce al nihilismo. Por último, una cuestión fundamental: plantear la autocrítica del conocimiento como el problema de si éste es realmente capaz de alguna verdad y certeza constituye una gran ingenuidad, ya que si realmente dudamos de nuestra facultad de conocer entonces carece de sentido utilizarla para medir su verdadero valor. ¿Cómo vamos a averiguar si nuestra facultad cognoscitiva es "válida", si en cualquier caso hemos de "valernos" de ella para llevar a cabo dicha investigación?.

La filosofía del siglo XX partió de la conciencia de ese fracaso histórico de la crítica como sistema. De ahí que sus líneas de pensamiento más características (la fenomenología, el análisis lingüístico, la hermenéutica, la metafísica del ser...) abandonasen la ingenuidad del criticismo a ultranza. Por el contrario, el auténtico valor de la crítica no es otro que el de su acepción originaria. En su sentido etimológico, criticar es escoger, elegir, por lo tanto juzgar, juzgar el valor de una cosa en función de una regla o un ideal. Tiene, entonces, un significado cercano a "criterio", "discernimiento" o "análisis". Éste sería el sentido de la auténtica actitud crítica. Y así afirmamos que posee una positiva capacidad crítica, buen criterio, la persona que no se somete a los tópicos ambientales dominantes, que se atreve a pensar por cuenta propia, midiendo su conocimiento por la realidad, en una continua búsqueda de la verdad de las cosas.

 [OK]