Lo propio de la inteligencia es abrirse a lo real, pero la conquista de la verdad supone tiempo y esfuerzo.
El conocimiento humano empieza con los sentidos, pero culmina con la razón.
No conocemos toda la verdad de absolutamente todas las cosas, pero eso no significa que nuestro conocimiento sea incierto o falso.
Si dudamos, entonces legítimamente no podemos opinar hasta alcanzar una cierta certeza que nos permita salir de la duda.
"La sencillez es el sello de la verdad" (BOERHAVE, Wahlspruch).