"La
persona es libre cuando se pertenece a sí misma; el esclavo, por el contrario,
pertenece a su dueño. Así, quien actúa espontáneamente,
actúa libremente, mientras que quien recibe su impulso de otro, no actúa
libremente. Así pues, quien evita el mal, no porque es un mal, sino porque
hay un mandamiento de Dios, no es libre. Por el contrario, quien evita el mal
porque es mal, ése es libre".
TOMÁS DE AQUINO. Super Secundam Epistulam ad Corinthios.
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