"El
hombre puede ser atado a pesar suyo, porque puede ser atado sin él quererlo;
puede ser torturado a pesar suyo, porque puede ser torturado sin él quererlo;
puede ser muerto contra su voluntad, porque puede ser muerto sin él quererlo;
pero lo que no puede el hombre es intentar querer contra su voluntad, porque
no puede querer sin él quererlo. Pues todo el que quiere, quiere su propio
querer".
(S. ANSELMO. Sobre el libre arbitrio).
|