1. Educación moral y cívica: La reflexión
sobre la belleza nos pone en relación con la categoría de lo
importante en sí (el valor), categoría esencial dentro de
la reflexión ética.
2. Educación para la paz y la cooperación internacional: La belleza
nos enfrenta con lo que somos y con lo que debemos ser. Así, nos revela,
la esencia del ser humano y, en consecuencia, nos prepara para la paz.
3. Educación para la igualdad de sexos: La reflexión sobre la
belleza nos abre camino para reflexionar acerca de cómo se capta. Hay
que luchar contra el prejuicio de que la belleza es cursi y por
ello propia de mujeres o de que la mujer tiene un sentido especial
para la belleza (el mismo prejuicio presentado de otra forma). La captación
de la belleza es exigencia de todo sexo porque es exigencia de la persona.