Entrevista con Jordi Jauset autor del libro Musicoterapia y Neurociencia
Actualmente, la terapia musical se concibe como una ciencia y como un arte. Con los progresivos adelantos metodológicos de la terapia musical, actualmente es posible activar respuestas emocionales cognitivas y neurológicas a un nivel y calidad que parecía inalcanzable con otras aproximaciones terapéuticas.
Martín (1997) haciendo referencia a Warwick (1995), cita como objetivos de la terapia musical los siguientes; estudiar la psicología de la música y comprender las patologías paramédicas, intentar mantener y elevar las habilidades musicales, observar respuestas musicales y no musicales a fin de evaluar y diagnosticar sus necesidades, alentar la descarga de emociones y analizar estas emociones, proporcionando un soporte musical mientras el paciente pueda necesitar tocar un instrumento , vocalizar, cantar, etc. La terapia musical es el instrumento para asociar y captar comunicaciones.
Entre todas las actividades que pueden trabajarse en la musicoterapia, la improvisación se nos presenta como la más indicada por la cantidad de propiedades y objetivos educativos que desarrollan. La improvisación como juego integrador permite al músico, de acuerdo con las circunstancias, por una parte imitar, reproducir e interpretar, y por otra inventar, explorar y crear.
Pedagogía musical
Dalcroze dio especial importancia en la formación de todo músico a la improvisación, Consideró a la improvisación como una expresión directa de la vida. Siempre sostuvo que la participación activa del individuo en la música era un elemento eficaz para enfrentarle a un mundo que estaba en constante cambio. Para él la improvisación corporal y la rítmica permiten el estudio de la conexión que hay entre las ordenes cerebrales y el movimiento muscular, para poder expresar los sentimientos musicales. La interpretación no se basa en el ejemplo: del maestro sino en el desarrollo de la sensibilidad, la memoria y la imaginación del alumno. A través de la improvisación el alumno logra con mayor rapidez respuestas musicales
Martenot insiste en su método en la necesidad de impulsar al niño a expresarse espontáneamente, proponiendo para ello una profusión de juegos sonoros a desarrollar en la clase de iniciación musical
En el Schulwerk de Orff se manifiesta la importancia de la improvisación instrumental, vocal y corporal en el proceso de educación musical. Orff propone pautas bastante estructuradas para la improvisación en el nivel de iniciación: se trata de producir ritmos y melodías en una determinada escala o modo sobre un esquema rítmico melódico o armónico que sirva de base para la improvisación. La organización formal son modelos tradicionales bipartitos o tripartitos o rondo; en cuanto a la textura también se estructura en la superposición de ostinatos que se agregan en forma de bloque o paulatinamente. Las entradas sucesivas son conocidas por todos los miembros del conjunto. Las técnicas orffianas tienen como objetivo incorporar ciertos elementos. musicales como ritmos básicos, escalas (sobre todo pentatónicas), acordes de I y V, etc. y junto con la adquisición de ciertas destrezas instrumentales
Referencias:
- Dalley, T. (1987). El Arte como terapia. Barcelona: Biblioteca de psicología. Editorial Herder.
- Martín Herrero, J. A. (1997). Manual de antropología de la música. Salamanca: Amaru Ediciones.
- Vence, L. & Méreaux, M. (1988). Guía muy práctica de musicoterapia. Barcelona: Editorial Gedisa.
Fuente imagen cabecera: Arturo de Albornoz (Vía Flickr), bajo CC.