La medida del coeficiente de rozamiento estático entre dos superficies puede llevarse a cabo colocando un objeto sobre un plano inclinado. Si se aumenta la inclinación, se alcanzará un ángulo en el que la componente del peso paralela al plano de deslizamiento será igual al valor máximo de la fuerza de rozamiento. El deslizamiento es inminente.

Si se supera este ángulo, el objeto comienza a deslizar con un movimiento acelerado. La fuerza de rozamiento que se opone al movimiento es ahora menor, porque  el coeficiente de rozamiento dinámico es menor que el estático.  La medida de esta aceleración permite calcular el coeficiente de rozamiento dinámico.         

¿Qué sucede cuando colocamos dos objetos en un plano inclinado? ¿En qué condiciones cae uno y después el otro? ¿Cuándo caen los dos de forma conjunta? ¿A qué ángulo caen? ¿Con qué aceleración lo hacen?   Estas preguntas forman parte de la segunda parte del problema que aquí se plantea.