El concepto
La solubilidad es la propiedad de algunas sustancias de disolverse en otras.
En el agua, por ejemplo, se disuelven muy bien muchos ácidos, el
alcohol y el amoniaco; pero no se disuelve en absoluto el aceite, el
petróleo o la acetona. Sin embargo el aceite o el
petróleo se disuelven muy bien en acetona.
A veces, la
solubilidad es total. Las sustancias que hemos citado como solubles en
el agua lo son en cualquier proporción. También lo
son los metales de cualquier aleación o las mezclas de gases.
Igualmente, la incapacidad de disolverse del aceite en el agua es
total.
En todos estos casos, la solubilidad es una propiedad cualitativa. Existe o no existe.
En otras ocasiones,
sobre todo cuando hablamos de disoluciones en líquidos, la
solubilidad es cierta dentro de ciertos límites. Si echamos
varias cucharadas de sal en el agua, llega un momento en que la sal se deposita en el fondo. Ya no puede disolverse
más. Cuando existe un límite para ella, la solubilidad es
una propiedad cuantitativa. Se puede medir.
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