Como con la política o la economía, también cada época se define por su arte y su cultura. La literatura o las artes plásticas del siglo XIX reflejan minuciosamente los más variados aspectos de la vida europea de aquel tiempo, y nos informan sobre sus inquietudes espirituales y valores estéticos.
La Edad Contemporánea comienza con el Romanticismo. Este movimiento cultural evolucionó a mediados de siglo hacia el Realismo-naturalismo,
escuelas y expresiones artísticas que pretenden basarse en la realidad y la experiencia. Durante todo el siglo, la industrialización modifica, con su nuevos inventos los sistemas de comunicación y transmisión cultural (telégrafo, teléfono, fotografía y cine). A finales del siglo XIX, el Impresionismo,
revolucionó el arte pictórico con su preocupación por la luz, el color y su descuido de la forma y un estilo más personal y creativo.
La vida cultural española es el reflejo de un período de convulsiones y luchas sociales y, por tanto, fue un proceso accidentado y lento. Los comienzos de siglo conocieron las obras finales de los intelectuales del Despotismo Ilustrado, aunque también se advierten cambios importantes que afectarán a: la secularización de la cultura;
la creación de un sistema educativo reglado por el Estado, que estableció normas y segregó y clasificó la población según su nivel académico. |