Desde el principio de los tiempos muchas tareas que tenía que realizar
el hombre le conducirían a descubrimientos geométricos:
Cortaba piedras, tensaba cuerdas en sus arcos, construía
edificios, modelaba cacharros de arcilla, vallaba parcelas de tierra,...El
hombre daba forma a sus materiales. Mas tarde reconoce esta forma, es decir se
da cuenta de que una olla es curva, mientras que una cuerda tensa de
un arco es recta. Así fue cómo las actividades prácticas fueron la base para
llegar a los conceptos de la forma de las figuras.
La noción de magnitudes geométricas (longitud, área y volumen) surge de
las actividades de la vida diaria. Viajemos hacia atrás en el tiempo, nos
encontramos en el antiguo Egipto.
Esta situación se presentaba en otros lugares de la tierra, en la cuenca de grandes ríos,
tales como el Tigris y el eufrates de Mesopotamía, el Indus y el Ganges de Asia
sur-central y el Hwang Ho y Yantze del este de Asia. En estas zonas tuvieron
origen las formas avanzadas de sociedad conocidas por sus hazañas de ingeniería
en el drenaje de terrenos fangosos, irrigación, control de inundaciones y
construcción de grandes edificios.
¿Cómo medían los extensores de la cuerda?
Como su nombre indica los egipcios, expertos en medir, utilizaban principalmente una cuerda para realizar las medidas.
Estas son las unidades de medida que manejaban.
Estas unidades son unidades de longitud. En casi todas las casas hay un metro
y con este instrumento nos las arreglamos para medir la superficie del suelo de
una habitación. ¿Cómo podemos utilizar una unidad de longitud y por lo tanto un
instrumento de medida de longitudes para medir
superficies?
La unidad que usualmente se usa para medir
superficies es la superficie de un cuadrado, lo ónico que tenemos que hacer es
contar los cuadrados que caben en la superficie a medir.
Lo primero que tenemos que hacer es fijarnos en
la forma de la superficie.
El caso más sencillo que se nos puede presentar
es que tengamos que medir la superficie de un rectángulo.