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WITTGENSTEIN, L. Gramática Filosófica, 69
“Hablamos de comprender una frase en el sentido de que se la puede sustituir por otra que dice lo mismo; pero también en el sentido en que no se la puede sustituir... En un caso, el pensamiento expresado en la frase es algo común a dos frases diferentes; en el otro es algo que se expresa sólo mediante estas palabras en estas posiciones (comprender un poema)” |
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WITTGENSTEIN, L. Ludwig Wittgenstein y el CÃrculo de Viena, 104
“El formalismo contiene a la vez verdad y falsedad. Lo que hay de verdad en el formalismo es que toda sintaxis se puede considerar como un sistema de reglas para un juego. He estado pensando sobre lo que Weyl puede querer decir al afirmar que un formalista considera los axiomas de las matemáticas similares a las reglas de ajedrez. Yo dirÃa: no sólo los axiomas de la matemática, sino toda la sintaxis es arbitraria.
Se me preguntó en Cambridge si yo pensaba que la matemática versaba sobre manchas de tinta en el papel. Yo respondo: En el mismo sentido en que el ajedrez versa sobre figuras de madera. Quiero decir que el ajedrez no consiste en empujar figuras de madera por un tablero. Si yo digo ‘Ahora yo me convertiré en una reina de ojos terrorÃficos, y ella echará a todo el mundo del tableroÂ’, usted se reirá. No importa cómo sea un peón. Lo que importa mucho más es que la totalidad de las reglas del juego determina el lugar lógico de un peón. Un peón es una variable, como la ‘xÂ’ en lógica...
Si usted me pregunta: ¿Donde está la diferencia entre el ajedrez y la sintaxis de un lenguaje?, yo le replico: Sólo en su aplicación... Si hubiera hombres en Marte que hicieran la guerra como las piezas de ajedrez, entonces los generales usarÃan las reglas del ajedrez para las predicciones. SerÃa entonces una cuestión cientÃfica la de si al rey se le podrÃa dar mate mediante un determinado desplazamiento de piezas en tres movimientos, etc.”
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WITTGENSTEIN, L. Gramática Filosófica, 67
“Dije que el significado de una palabra es el papel que desempeña en el cálculo del lenguaje. (Lo comparé con una pieza del ajedrez). Pensemos ahora en el modo como tiene lugar el cálculo con una palabra, ‘rojoÂ’, por ejemplo. Se nos da la situación del color, se especifican la forma y tamaño del cuerpo que tiene el color, se nos dice si el color es puro o está mezclado con otros, si es más claro o más oscuro, si es constante o cambia, etc. Se extraen conclusiones de las proposiciones, se traducen en ilustraciones y en una determinada conducta; aquà tenemos trazado, medición y computación. Pero pensemos también en el significado de la palabra ‘¡Oh!Â’. Si se nos preguntara acerca de ella, probablemente dirÃamos que ‘¡Oh!Â’ es un suspiro; decimos, por ejemplo: ‘¡Oh, ya está lloviendo otra vez!Â’, y cosas por el estilo. De esta manera habrÃamos descrito el uso de la palabra. Pero ahora pregunto: ¿Qué corresponde al cálculo, al juego complicado que jugamos con otras palabras? En el uso de las palabras ‘ohÂ’, o ‘hurraÂ’ o ‘humÂ’ no hay nada comparable” |
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WITTGENSTEIN, L. Investigaciones Filosóficas, I, 23
“¿Cuántos tipos de oraciones hay? ¿Podemos decir que hay tres: aserción interrogación y orden? Hay tipos incontables: incontables tipos diferentes de uso de lo que llamamos ‘sÃmbolosÂ’, ‘palabrasÂ’, ‘oracionesÂ’. Y esta multiplicidad no es algo fijado, dado de una vez por todas, sino que nuevos tipos de lenguaje, nuevos juegos de lenguaje, podrÃamos decir, vienen a la existencia, mientras otros se vuelven obsoletos y se olvidan” |
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WITTGENSTEIN, L. Investigaciones Filosóficas, I, 54
“La regla puede ser una ayuda en la enseñanza del juego. Al aprendiz se le hace saber la regla y se le hace practicar su aplicación. O bien la regla es un instrumento del propio juego. O bien no se emplea la regla ni en la enseñanza ni en el juego mismo; ni aparece tampoco en una lista de reglas. Aprendemos el juego mirando cómo juegan otros. Pero decimos que se juega de acuerdo con tales y tales reglas porque un observador puede colegir esas reglas de la práctica del juego como una ley de la naturaleza que gobierna el juego” |
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WITTGENSTEIN, L. Investigaciones Filosóficas, I, 257
“¿Qué significa decir que él ‘ha nombrado su dolor’? ¿Cómo ha hecho esta denominación del dolor? Y, haya hecho lo que fuere, ¿cuál es su propósito? Cuando uno dice, ‘él dio un nombre a su sensación’ uno olvida que, si el mero acto de nombrar ha de tener sentido, hay que presuponer en el lenguaje un alto grado de escenificación. Y cuando hablamos de que alguien ha dado un nombre a un dolor, lo que está presupuesto es la gramática de la palabra ‘dolor’; ella muestra el puesto donde la nueva palabra se estaciona” |
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WITTGENSTEIN, L. Investigaciones Filosóficas, I, 265
“Imaginemos una tabla (algo asà como un diccionario) que sólo existe en nuestra imaginación. Un diccionario se puede usar para justificar la traducción de una palabra X con una palabra Y. Pero, ¿podemos decir también que esa tabla es una justificación si sólo podemos consultarla en la imaginación? ‘Bien, sÃ; entonces se trata de una justificación subjetivaÂ’. Pero la justificación consiste en apelar a algo independiente. –‘Pero sin duda yo puedo recurrir de un recuerdo a otro. Por ejemplo, yo no sé si he recordado la hora de salida de un tren, y para comprobarlo trato de recordar cómo era una página del horario de trenes. ¿No ocurre aquà lo mismo?-. No, porque este proceso tiene que conseguir producir el recuerdo correcto. Si la imagen mental del horario de trenes no pudiera ella misma ser sometida a contrastación para ver si es correcta, ¿cómo podrÃa confirmar la corrección del primer recuerdo? (Como si alguien acudiera a comprar varios ejemplares del diario matutino para asegurarse de que lo que decÃa era verdad)” |
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WITTGENSTEIN, L. Tractatus logico-philosophicus. Aforismo 6.41
El sentido del mundo tiene que residir fuera de él. En el mundo todo es como es y todo sucede como sucede; en él no hay valor alguno, y si lo hubiera carecerÃa de valor.
Si hay un valor que tenga valor ha de residir fuera de todo suceder y ser-asÃ. Porque todo suceder y ser-asà son casuales.
Lo que los hace no-casuales no puede residir en el mundo; porque, de lo contrario, serÃa casual a su vez.
Ha de residir fuera del mundo”
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WITTGENSTEIN, L. Gramática Filosófica, 51
“¿Cuándo sabe usted cómo jugar al ajedrez? ¿Todo el tiempo? ¿Sólo mientras está efectuando un movimiento? Y, ¿todo el ajedrez durante cada movimiento? ¡Qué curioso que aprender a jugar al ajedrez lleve tan poco tiempo, y una partida tanto!” |
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WITTGENSTEIN, L. Gramática Filosófica, 50
“¿Cuándo entendemos una frase?, ¿cuándo la hemos proferido entera? ¿O mientras estábamos profiriéndola? ¿Es la comprensión un proceso articulado como la dicción de la frase? Y, ¿corresponde su articulación a la articulación de la frase? ¿O es que no es articulada y acompaña a la frase del mismo modo que un golpe de pedal acompaña a una melodÃa?” |
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WITTGENSTEIN, L. Tractatus logico-philosophicus. Aforismos 1-7
“1. El mundo es todo lo que es el caso. (...)
2.Lo que es el caso (lo que acaece), el hecho, es el darse efectivo de estados de cosas. (...)
3.La figura lógica de los hechos es el pensamiento. (...)
4.El pensamiento es la proposición con sentido. (...)
5.La proposición es una función veritativa de las proposiciones elementales. (La proposición elemental es una función veritativa de sà misma). (...)
6.La forma general de la función veritativa es: [,ξ, N(ξ)]. Ésta es la forma general de la proposición. (...)
7.De lo que no se puede hablar hay que callar.” |
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