En una transformación química, una sustancia o grupo de sustancias se convierte en otra u otras sustancias. Es lo que se llama una reacción química. Las sustancias que hay inicialmente se llaman reactivos y las que aparecen tras la reacción reciben el nombre de productos. Cuando se quema la gasolina, en el motor de un automóvil, inicialmente se tiene oxígeno O2, presente en el aire, e hidrocarburos C8H18, presentes en la gasolina, son los reactivos. Tras la reacción química se han formado dos nuevas sustancias: dióxido de carbono CO2 y agua H2O, que son los productos, que aparecen tras la reacción.
Pero la aparición, y correspondiente desaparición, de sustancias, la conversión de una sustancia en otra, no significa que la masa desaparezca. Al quemar la gasolina del motor, la masa de gasolina y oxígeno que se queman es exactamente igual a la masa de dióxido de carbono y agua que aparecen en la combustión.
Este hecho, que la suma de las masas de los reactivos es igual a la suma de las masas de los productos, se conoce como ley de conservación de la masa o ley de Lavoisier, ya que fue Lavoisier el que la enunció por primera vez.