El clima de montaña (más de 1000 m. de
altitud) muestra como carácter más especifico el aumento de las
precipitaciones y la disminución de las temperaturas a medida que se
asciende en altura (gradiente térmico altitudinal, cuyo valor aproximado
es 0,5°/100
m).
Las lluvias superan los 1000 mm. anuales y
son más abundantes en las laderas de barlovento (efecto Föhen). Son
frecuentes las precipitaciones en forma de nieve.
La temperatura media anual es baja (<10°),
con inviernos muy fríos (a veces, <0°) y veranos frescos (nunca >22°).
Existen algunas diferencias entre las
montañas del norte y las del centro-sur. Las primeras, coincidentes
con el clima oceánico, no tienen estación seca (Pirineos, Cordillera
Cantábrica). En las segundas, localizadas en el entorno de clima
mediterráneo, las precipitaciones son sensiblemente más escasas en
verano, estación en la que puede haber un aumento considerable de la
temperatura.