La composición y características de la población de la UE

La composición y características de la población de la UE deriva de la combinación de:

El crecimiento natural
Los movimientos migratorios

1. El crecimiento natural:
La UE, al igual que el resto del mundo desarrollado presenta un bajo crecimiento natural que se explica por:
- Las bajas tasas de mortalidad por el elevado nivel de vida y el desarrollo técnico y sanitario que han permitido que la esperanza de vida al nacer en la UE sea una de las más elevadas del mundo, 76 años para los hombres y 82 para las mujeres.
- Las bajas tasas de natalidad que provienen del uso de métodos anticonceptivos, la incorporación de la mujer al mundo laboral, el retraso en la edad de maternidad, etc.
Este bajo crecimiento natural se traduce en:
- Un envejecimiento de la población que se traduce en un aumento de los costes de atención sanitaria y pensiones de jubilación.
- Una reducción de la población joven que se traduce en una disminución de la mano de obra disponible.

 

2. Los movimientos migratorios
El bajo crecimiento natural se compensa, sin embargo, gracias a la inmigración que aporta la necesaria mano de obra, especialmente, para trabajos de media y baja cualificación en la agricultura, la construcción y el sector servicios. Los inmigrantes proceden de países desfavorecidos y acuden con el objetivo de encontrar una vida mejor. Los principales focos de emigración hacia Europa son América Central y del Sur, África, Europa del Este y Turquía. Todos los países miembros se ven afectados por la inmigración y, por ello, han acordado una política de inmigración común que pretende luchar contra la inmigración ilegal y el tráfico de personas y gestionar de un modo positivo los movimientos migratorios dirigiéndolos hacia las regiones europeas que más población necesitan por razones económicas o demográficas.
Al mismo tiempo, en 1993, tras la firma del Tratado de Maastricht entró en vigor la ciudadanía europea que establece la libre circulación de ciudadanos europeos en todos los estados miembros reconociéndoles los mismos derechos y deberes que los ciudadanos de cada uno de los Estados Miembros. Así, los ciudadanos de la UE pueden viajar libremente a través de todos los países miembros sin necesidad de pasaporte o visado, para trabajar, estudiar, viajar…