Ciclo demográfico antiguo

Es el típico de las sociedades preindustriales y ha caracterizado a la mayor parte de la humanidad desde sus orígenes hasta el siglo XVIII. En este ciclo, las tasas de natalidad y de mortalidad son muy altas, por lo cual el crecimiento natural o vegetativo de la población es muy lento. Incluso en momentos de mortalidad catastrófica principalmente ligados a epidemias (las pestes medievales son el mejor ejemplo), la población se reducía para posteriormente recuperarse lentamente.

Inicio de la transición demográfica (Transición1)

Es el ciclo típico de los países que inician su desarrollo económico. La mortalidad se reduce gracias a las mejoras en las técnicas agrícolas (que aumentan los rendimientos), las mejoras tecnológicas, los avances en medicina y alfabetización. Mientras tanto, las tasas de natalidad permanecen altas. La consecuencia es un crecimiento vegetativo muy importante. 

Final de la transición demográfica (Transición 2)

En los países que alcancen un grado importante de desarrollo los índices de natalidad inician un importante descenso motivado por el acceso generalizado a los métodos anticonceptivos, la incorporación de la mujer a la educación y al mercado laboral, el acceso al estado del bienestar, el proceso de urbanización y otros cambios sociales.

La tasa de mortalidad continúa bajando aunque no de forma drástica como en el inicio de la transición.  Como consecuencia el crecimiento vegetativo se ralentiza.

Ciclo demográfico moderno

Este último estadio es típico de las sociedades postindustriales y se caracteriza porque la tasa de mortalidad deja de caer ya que es muy difícil reducirla aún más y la de natalidad se iguala prácticamente con ella. En este caso con tasas de natalidad y mortalidad muy bajas y similares, el crecimiento natural de la población se hace muy bajo o prácticamente nulo. Es una situación similar a la del ciclo demográfico antiguo, pero por razones opuestas (natalidad y mortalidad bajas).  

Ciclo de crecimiento cero (Hoy en día)

En ciertos países (Europa es el mejor ejemplo), la mortalidad aumenta ligeramente debido al envejecimiento de la población. En esta situación la población se contrae. Sólo la inmigración masiva impide que la población de estas sociedades disminuya de forma importante