EL AGUA (Óxido de hidrógeno, hidróxido de hidrógeno o ácido hídrico)

 

El agua pura no tiene olor, sabor, ni color, es decir, es incolora, insípida e inodora. Su importancia reside en que casi la totalidad de los procesos químicos que suceden en la naturaleza, tanto en organismos vivos como en laboratorios o en la industria tienen lugar en medio acuoso.
Henry Cavendish descubrió que el agua es una sustancia compuesta y no un elemento como se pensaba desde la Antigüedad, Lavoisier demostró que el agua estaba formada por oxígeno e hidrógeno y Gay Lussac junto con Von Humboldt demostraron que el agua estaba formada por dos volúmenes de hidrógeno y un volumen de oxígeno (H2O).
En agua se disuelven muchos compuestos, sin embargo no se disuelven aceites y otras sustancias hidrófobas.
Las moléculas de agua se atraen fuertemente entre si y debido a esta interacción forman cuerpos de moléculas de agua, las gotas.
Las moléculas de agua son capaces de  mojar (mantenerse adheridas)  a otras superficies.
Las moléculas de la superficie de el agua tienen una gran atracción creando una tensión superficial. La superficie del líquido se comporta como una película capaz de alargarse y al mismo tiempo ofrecer cierta resistencia al intentar romperla. Debido a su elevada tensión superficial, algunos insectos pueden estar sobre la superficie  sin sumergirse e, incluso, hay animales que corren, como el basilisco.