Recuerda lo más importante

Las disoluciones pueden presentarse en fase sólida, líquida o gaseosa. El componente más abundante es el disolvente; cada uno de los otros es un soluto.
Las disoluciones pueden ser
diluidas, si el soluto es muy escaso; concentradas, si el soluto tiene una proporción importante; saturadas, si ya no se admite más soluto en la disolución. Este caso se da principalmente en disoluciones en fase líquida. Una disolución puede ser a la vez diluida y saturada, cuando el soluto es muy poco soluble

La concentración de un soluto mide su proporción en la disolución. Se puede medir en gramos del soluto por cada litro de disolución, en tanto por ciento en masa o en tanto por ciento en volumen.
Llamamos solubilidad de un soluto en un disolvente a la concentración de la disolución saturada. Normalmente se expresa en gramos de soluto por cada 100 g de disolvente.

Variación de la solubilidad: La solubilidad de los sólidos en líquidos tiene a aumentar con la temperatura en la mayoría de los casos; pero la de los gases disminuye al calentarse la disolución.
En las disoluciones de gases en líquido, la solubilidad es directamente proporcional a la presión que ejerce el gas sobre la disolución.