ESPEJOS DE SONIDO

A una distancia adecuada, se alinean dos antenas parabólicas una  frente a otra. A continuación, nos situamos cerca de uno de los platos parabólicos y hablamos hacia el centro de la superficie cóncava, mientras que otra persona, situada en el otro plato, acerca sus oídos al centro de la zona cóncava de su parábola. Esta persona podrá escuchar lo que dice el emisor situado a cierta distancia.
Los platos parabólicos funcionan como un teléfono sin cable, basta con que una persona hable en la zona en que se encuentra el foco de la parabólica,  para que  la otra lo escuche en la otra colocando su oreja en las proximidades del foco de la parábola. 

El experimento se basa en que el sonido emitido por la persona que habla se concentra en el foco de la parábola emisora y desde ahí es reflejado, en línea recta, hacia foco de la parábola receptora.
Esto mismo ocurre con los rayos de luz.