Metrópolis mundiales: superan los diez millones de habitantes, Tienen funciones muy especializadas, concentran los centros económicos (sedes de multinacionales), financieros (bolsas) y políticos de alcance mundial. Su área de influencia es global gracias a poderosas infraestructuras de transportes y comunicaciones. Ejemplos: Nueva York, Londres o Tokio. Metrópolis continentales: Población de varios millones de habitantes con rápido crecimiento. Concentran funciones políticas o económicas importantes. Su área de influencia abarca parte de un continente. Ejemplos: Sao Paulo, El Cairo o Moscú. Metrópolis nacionales: Suelen superar el millón de habitantes. Concentran las principales actividades económicas y el poder político de un país. Su influencia abarca el territorio nacional. Ejemplo: Seúl. Metrópolis regionales: Con centenares de miles de habitantes, desempeñan funciones especializadas (universidades, centros de investigación, etc.) y su área de influencia comprende un área amplia de un país. Ejemplo: Zaragoza. Ciudades menores: Población más pequeña, funciones menos sofisticadas y con un hinterland provincial o comarcal. Ej.: Soria.