Un telescopio refractor es un instrumento óptico que capta imágenes de objetos lejanos utilizando una lente convergente como objetivo y una lente divergente como ocular en los que la luz se refracta.
La refracción de la luz en la lente del objetivo hace que los rayos paralelos, procedentes de un objeto muy alejado (en el infinito), converjan sobre un punto permitiendo mostrar los objetos lejanos mayores y más brillantes.
En 1611, Johannes Kepler construyó un telescopio
refractor con un objetivo y lente ocular convexo.
La ventaja de esta disposición es que los rayos de luz salen de la lente convergente, permitiendo un campo de visión más amplio y menor esfuerzo para el ojo, pero la imagen para el
observador está invertida.