La situación, sin embargo, no es tan complicada, pues por una técnica llamada “ANÁLISIS de FOURIER” podemos considerar estos sonidos complejos (con un determinado “timbre”) como suma de varios sonidos armónicos con frecuencia e intensidad determinados. Las frecuencias que componen el “timbre” son las frecuencias que producen “ondas estacionarias” en el instrumento que estamos analizando.
¡Cuidado sólo es la perturbación frente al tiempo! Es decir la vibración de las partículas del aire.
En la siguiente animación consideraremos la misma frecuencia o “tono” (300 Hz) emitido por un diapasón, un tubo sonoro y una cuerda de guitarra (estos últimos con un “timbre” característico”). Nosotros, lo que hemos hecho, es una “síntesis de FOURIER” es decir, en el caso de lo que llamamos “tubo sonoro” hemos sumado la frecuencia de 300 Hz con la de 900 Hz y con la de 1500 Hz (éstas últimas de la mitad de intensidad) y, en el caso de la llamada “cuerda” , a la frecuencia de 300 Hz le hemos sumado la de 600 Hz y la de 900 Hz (estas últimas de la mitad de la intensidad).
En esta animación hemos dibujado la vibración de una partícula del medio en los tres sonidos de distinto timbre. Hemos dibujado dos periodos en los tres casos . ¡Son gráficas x´=y = f(t)! No se trata de la que hemos llamado “onda viajera”. Para oír los sonidos reales correspondientes debes pulsar el botón “ sonido 1” o “2” y compararlos. Los tres corresponden a un tono (frecuencia) de 300 Hz.