Dado que los átomos de
los reactantes
no desaparecen, en los productos encontramos los mismos y en la misma
cantidad.
Ésto, además, explica la Ley de conservación de la masa.
Para conseguir esa constancia en el número de
átomos de la ecuación química tenemos que realizar un proceso
denominado
ajuste. Consiste en
colocar unos
coeficientes
estequiométricos delante de cada fórmula de modo
que indiquen las veces que ésta se repite. Esos coeficientes afectan a
toda la molécula,
multiplicando a todos los elementos de la fórmula. Con estos números
lograremos
igualar el número de átomos de cada elemento en productos y reactivos.
Dichos números deben ser enteros ya que no podemos hablar de una
fracción de molécula. Más adelante veremos que si realizamos un estudio
a nivel macroscópico (utilizando órdenes de magnitud medibles
en
un laboratorio: gramos, moles, o litros) sí es aceptable su
utilización.
Para el ajuste podemos utilizar dos procedimientos:
Por
tanteo:
Vamos probando hasta encontrar los coeficientes que nos sirvan. Suele
facilitar las cosas dejar para el final los átomos que aparecen en más
de una sustancia en alguno de los miembros de la ecuación.
Método
matemático o de los coeficientes indeterminados:
Consiste en asignar una incógnita a cada fórmula y plantear una
ecuación para cada elemento. Como es más complicado, solo lo usamos
cuando el anterior no da resultados.
Te desarrollamos el método en el siguiente applet: