La reacción de fusión nuclear es el proceso por el que dos núcleos de átomos ligeros (H, He, etc) se unen para formar un nuevo elemento más pesado.
Para lograrlo, hay que suministrar a los átomos la energía suficiente para que, superando la repulsión electrostática, se acerquen tanto sus núcleos que "queden aglutinados" bajo la atracción de la fuerza nuclear fuerte residual.

Para que se inicie la fusión se requiere una energía inicial de activación pero, una vez iniciada, la reacción es exotérmica y la energía liberada la automantiene. La fusión se produce en el Sol, pero para que los átomos de H de un globo aerostático se unan para formar He deben acercarse lo suficiente para que surjan las fuerzas de enlace entre sus núcleos (para ello necesitan una energía de activación).
Si pulsas aquí podrás ver un esquema de una reacción de fusión.

Lograr la fusión de forma controlada tiene grandes dificultades técnicas. Se requiere muchísima energía de activación, hay que elevar la temperatura de los átomos de combustible a 100 millones de ºC, por eso esta reacción se denomina termonuclear. A esta temperatura la materia se encuentra en estado de plasma, átomos en un mar de electrones desligados, y no se puede confinar en ningún recipiente porque ninguno soporta esta temperatura.
Los estudios para dominar y controlar los procesos de fusión están todavía en marcha.
La bomba de Hidrógeno es un ejemplo de reacción termonuclear no controlada. Para iniciar la reacción se hace explotar una bomba atómica convencional de uranio que aporta la energía inicial necesaria.

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