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CATALINA DE LANCASTER

Ana EchevarrÍa
Madrid. Nerea. 2002. 239 págs.

La proliferación de biografías sobre personajes históricos en general y de los protagonistas de la historia de la Edad Media en particular está interesando de forma notable tanto a escritores como a lectores de historia. La biografía de la reina Catalina de Lancaster es, en cierto modo, una más a añadir a ese elenco de publicaciones del género biográfico, pero no es simplemente una biografía más, sino un buen libro de historia.

La autora ha hecho un estudio minucioso de la vida de la reina Catalina, y de sus antecesores. El hecho de que fuera la nieta del monarca legítimo Pedro I, cuya familia hubo de huir a Inglaterra tras el asesinato del monarca a manos de Enrique II de Trastamara, y que contrajera matrimonio con Enrique III, el nieto del asesino, tuvo la trascendencia de acabar así con el fantasma que representaba una familia real que podía reclamar el trono desde Inglaterra.

Como ocurre con muchas de las reinas, de Catalina de Lancaster no hay muchos detalles sobre su vida personal. Su papel primordial es el de nieta de un rey, esposa de otro y madre de un tercer monarca, Juan II. La muerte de su esposo, Enrique III el doliente, la puso en condiciones de hacerse cargo de los reinos de Castilla y de León, como regente de su hijo menor Juan II, el padre de Isabel la Católica, de quien, por tanto, Catalina de Lancaster fue abuela.

Como las buenas biografías, esta obra no es simplemente un retrato de Catalina de Lancaster, es una buena radiografía de su época. Ana Echevarría ha manejado toda la documentación posible, probablemente no tanta como ella hubiera deseado, pero en Edad Media las fuentes nunca son tan explícitas como el medievalista anhelaría. Ahí entra la pericia del historiador de la Edad Media, que ha de saber hacer hablar a los documentos, y suplir los silencios con el conocimiento de la época o con las comparaciones que permitan ofrecer visiones clarificadoras.

En conjunto la obra de Ana Echevarría es un buen libro, bien documentado y bien escrito, que invita a la lectura tanto del especialista como del que no lo es, pues encontrará un libro sin complicaciones y con mucho rigor.