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                PIONEROS
                  Y LÍDERES DE LA GLOBALIZACIÓN  
                   
                  Daniel Yergin y Joseph Stanislaw buenos Aíres.  
                  Editorial Javier Vergara. 2000. 655 págs. |   
            
              
                  De atípico en el panorama de la producción de monografías
            y ensayos podríamos calificar el libro de Daniel Yergin y Joseph
            Satanislaw, Pioneros y líderes de la globalización,
            ya que el hilo argumental tiene una personalidad lo suficientemente
            marcada como para que confundamos esta obra con un manual al uso sobre
            los acontecimientos o las transformaciones mundiales durante la segunda
            mitad del siglo. La tesis defendida por los autores vendría
            a ser la siguiente. Al determinar que la del XX ha sido la lucha entre
            el estado y el mercado, una lucha abierta aún, Yergin y Stanislaw
            están concediendo al estado una capacidad de presencia que
            otros autores le niegan ya. De entrada, esta referencia teórica
            parece no aportar gran cosa a lo escrito sobre el tema.
  
			Sí lo hace sin embargo desde el momento en que los autores
              dibujan el espacio de la confrontación entre el estado y
              el mercado en el propio seno de las naciones, afectando directamente
              a las ciudadanías, y no, como es habitual en la virtualidad
              de un espacio globalizado. Durante la mayor parte del siglo XX el
              estado ha tenido una ascendencia creciente, extendiendo sus dominios
              más y más a lo que había sido el territorio
              de los mercados (sic). Este incremento de poder Ðargumentan
              los autores- fue fomentado por las exigencias que las democracias
              industriales tenían de una mayor seguridad, para impulsar
              el progreso material, la justicia y la equidad en los países
              en vías de desarrollo. Este era el sentido que los gobiernos
              durante la segunda mitad del siglo XX le dieron al intento de control
              de las actividades esenciales de la economía: la banca, la
              industria, las producciones energéticas.
  
			  Frente a este avance del control estatal, sin precedentes en la
              Historia, las últimas dos décadas del siglo han visto
              producirse lo que Yergin y Stanislaw califican como la mayor
              liquidación del mundo, esto es, la privatización
              sistemática de las empresas y de los servicios de los Estados
              modernos en todos los continentes. La justificación de este
              cambio no deja de ser curiosa: la confianza en la competencia de
              mercado como la forma más eficiente de proteger al consumidor:
              ¿Supone esta alteración el final del gobierno?. En
              absoluto, simplemente sucede que los gobiernos abandonan el difícil
              reto de la planificación. Se impone pues desembarcar en las
              consideraciones que llevarían a hablar de la revolución
              tecnológica que promueve la globalización.
 
 
  
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