La República islamista fue instaurada en Irán en 1979 tras el derrocamiento del Sha. La subida del islam chií al poder supuso la vuelta al integrismo por parte del ayatollah Jomeini y los jefes religiosos chiítas. El petróleo iraní había sido controlado mayoritariamente por sociedades británicas y de ello se culpó al anterior gobierno prooccidental del Sha. Tras la revolución un marcado carácter religioso dictó las pautas de la vida política y económica, y los preceptos del Corán se establecieron prioritarios.

«...la lógica de los opresores es que los países deben ser saqueados...¿cuáles derechos humanos propagan?. Son los derechos de los opresores. En su forma de pensar, los derechos humanos significa coger nuestro petróleo y pagar lo menos posible... Derechos humanos significa cualquier cosa que proteja sus intereses. Todas la naciones deben ser gobernadas por ellas. Nadie tiene derecho a respirar... Nos hemos sublevado por este fin, así apoyamos a todas las naciones oprimidas del mundo.»

MORALES, G., El Irán del imán Jomeini, Madrid, 1988.

Citado por ARJONA, E. y otros, Historia del mundo contemporáneo, Barcelona, 1995, pp. 480.