La falta  de planificación urbanística y el crecimiento descontrolado ha llevado al surgimiento de asentamientos irregulares sin ningún tipo de planteamiento urbanístico fruto de una intensa urbanización.  Los sectores sociales más pobres, sometidos a unas condiciones de extrema desigualdad social, son los protagonistas de  esta ocupación ilegal del suelo como respuesta efectiva. Se trata de asentamientos irregulares que no responden a ningún ordenamiento urbano, sin dotación de infraestructura urbana y ausencia de servicios básicos como luz, agua, gas, teléfono, etc. En estas favelas viven las clases populares.